“Cristus Vivit” es la exhortación apostólica post sinodal del papa Francisco que traducida al español es Vive Cristo. El papa Francisco, iluminado por el Espíritu Santo nos va indicando el verdadero camino para el encuentro con Jesucristo resucitado que es vida para todo cristiano.
Ahora a través de un trabajo exhausto sobre las jornadas mundiales de la juventud en Brasil, Polonia, Panamá, por nombrar unas de las más recientes, se invitó en ellas a los jóvenes de todo el mundo a responder a muchas preguntas de cómo era su concepción de la Iglesia católica, si era muy distante o como una anciana o muy joven, y fueron varias las respuestas que motivaron al papa Francisco a presentarnos una hermosa exhortación post sinodal Christus Vivit. Es una exhortación dirigida a todos los jóvenes del mundo y a todo el pueblo de Dios, donde desde la Palabra de Dios trata de responder a los jóvenes algunas de sus cuestiones.
No quiero hacer un análisis de la exhortación, sino más bien una invitación a leerla y a enriquecernos con la sencillez y humildad de las palabras del papa Francisco manifestadas a todos sus lectores para que sea una luz y fortaleza. Esta exhortación contiene nueve capítulos en los que nos abre un panorama sobre las dificultades que viven muchos jóvenes en el mundo actual, sus alegrías, esperanzas y sus proyectos.
Tantos Jóvenes que hoy se encuentran con preguntas y sin respuestas, pero que estas pueden ser encontradas desde un acercamiento a Dios por medio de la persona de Jesucristo joven, que nos ayuda a vivir más seguros de lo que creemos y anhelamos, si lo ponemos como centro de nuestras vidas. Él tiene un proyecto para cada uno de nosotros y no nos deja solos, sino que nos acompaña en nuestro caminar e ilumina nuestras sendas.
Nuestra vida tiene sentido desde la perspectiva de Cristo, cuando lo ves cercano. Podremos encontrar en esta exhortación un camino perfecto para no perdernos. Somos herederos del Reino, no somos de este mundo, pero estamos en este mundo donde debemos cuidar de no deshumanizarnos, sino que desde nuestra humanidad llegar a encontrarnos con la divinidad; descubrir que somos llamados, que tenemos una vocación y un espacio para trabajar para el bien de los demás.
Al final de la exhortación, sin quitarle importancia a todo el documento, me gustó esta frase del papa Francisco: “Corran atraídos, por ese Rostro tan amado, que adoramos en la Sagrada Escritura y que reconocemos en la carne del hermano sufriendo”.
Aunque nuestra vida parezca que nos estamos perdiendo por las situaciones familiares, sociales y culturales, siempre podremos ser atraídos por ese rostro de Jesús que muchos hombres, mujeres y jóvenes del mundo lo han encontrado y su vida y han cambiado, porque nadie se resiste a este rostro, donde en amor se manifiesta y al cual todos buscamos, un amor que si lo encuentras jamás te querrás separar de Él y del que siempre vas a querer más, porque nunca te va a lastimar, al contrario va a sanar tus heridas causadas y provocadas por tristezas e incomprensiones.
Tristemente los jóvenes hoy en día son los más alejados de la Eucaristía, se resisten a ella, porque no le encuentran sabor ni sentido, aunque muchas veces fueron educados para asistir a ella y tristemente obligados, pero cuando encontramos el verdadero rostro de Jesús entonces corremos cada día a recibirlo en la Sagrada Eucaristía, para alimentarnos de Jesús, del pan que da vida y nutre la vida cristiana y que te invita a trabajar por un mundo mejor, donde te sientes incluido y eres parte de esta Iglesia que Dios ha dejado como un lugar de encuentro.
No tengas miedo a decirle a Cristo que no, no seas cobarde, sé valiente y dile sí a Jesús, porque vive entre nosotros y sobre todo en tu corazón.
El padre Juan Luis Orozco es pastor asociado de las parroquias St. Peter the Apostle, St. Bartholomew y St. Edward en Louisville, Ky.
