Una carta del arzobispo Kurtz

Archbishop Joseph E. Kurtz

Queridos hermanos y hermanas en Cristo:

¡Que Dios los bendiga durante esta santa temporada de Cuaresma!

Este es un momento de ansiedad para todos nosotros. Sé que estos días son aún más difíciles para aquellos de ustedes que están enfermos o que tienen familiares o amigos que están enfermos o que han fallecido. Como católicos, tomamos consuelo y fortaleza de nuestros rituales y sacramentos, muchos de los cuales no son posibles en este momento debido al esencial distanciamiento social que se necesita para combatir esta pandemia.

Esta semana, estoy escribiendo a los capellanes de los hospitales de la Arquidiócesis de Louisville para brindarles orientación sobre la atención pastoral y sacramental en contextos sin precedentes para nosotros. Las órdenes de aislamiento y las restricciones a los visitantes, incluso el clero, desafían nuestra práctica normal de cuidado pastoral para los enfermos y moribundos. Si bien los sacramentos de la Iglesia nunca se pueden celebrar virtualmente, las herramientas de la tecnología pueden ser una forma de “visitar” y ofrecer consuelo. En estos tiempos difíciles, la Iglesia ofrece algunas otras opciones.

Por ejemplo, www.archlou.org/Covid-19 y en el periódico The Record, hemos compartido recursos tal como un acto de comunión espiritual, exámenes de conciencia y el acto de contrición perfecto para ayudarles durante este tiempo cuando los sacramentos no pueden estar disponibles. Tengan en cuenta la información en la página web acerca de una indulgencia que la Santa Sede ha otorgado a quienes padecen la enfermedad y a quienes cuidan de ellos.

Para aquellos que tienen preocupaciones o inquietudes acerca de que su ser querido no pueda recibir los sacramentos, especialmente la Confesión y la Eucaristía, durante un momento de enfermedad o muerte, les recuerdo a todos que Dios siempre está con nosotros. La gracia y la misericordia de Dios siempre están disponibles para nosotros. Dios sabe de nuestro dolor por nuestros pecados, nuestras intenciones y nuestro deseo de unirnos a Él y reconciliarnos con los demás.

Únase a mí para orar por aquellos que están enfermos por cualquier motivo y por aquellos que han fallecido. Oren por nuestros proveedores de atención médica que se preocupan por los enfermos y moribundos y nuestros socorristas que nos atienden a todos. Agradezco a nuestros sacerdotes, diáconos, capellanes y ministros de cuidado pastoral que brindan cuidado pastoral lo mejor que pueden en circunstancias difíciles.

Oremos todos juntos por el momento en que podamos celebrar con alegría la gracia de los sacramentos. Como muchos han señalado, estamos aprendiendo aquí en nuestra nación lo que muchos en el mundo en desarrollo saben con demasiada frecuencia, la profunda pérdida que sentimos sin la Misa y otros sacramentos.

Dios los ama a todos ustedes
Sinceramente suyo en el Señor
Reverendísimo Joseph E. Kurtz, D.D.
Arzobispo de Louisville

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