
El arzobispo Joseph E. Kurtz celebró una misa especial en honor a Nuestra Señora de Guadalupe en la Catedral de la Asunción en el centro de Louisville el 12 de diciembre. Nuestra Señora de Guadalupe, también conocida como la Virgen de Guadalupe, es la emperatriz de las Américas. Su fiesta es el 12 de diciembre.
La misa, no fue pública, se transmitió en vivo por el canal de YouTube de la catedral. Asistieron a la misa representantes de nueve parroquias, invitados por sus párrocos.
Antes de la liturgia, el arzobispo Kurtz bendijo una imagen de tamaño natural de Nuestra Señora de Guadalupe. La imagen fue un regalo del padre Martin Linebach, rector de la catedral y vicario general de la arquidiócesis, a la gente de la arquidiócesis.
“Es un regalo para la catedral, para la arquidiócesis y para la comunidad hispana”, dijo al periódico The Record en una historia reciente sobre el regalo.
Señaló que así como María es la madre de Cristo y “una madre para todos nosotros”, a la catedral se la suele llamar la Madre Iglesia.
“Es importante que su imagen, su presencia, esté en la catedral”, indicó.

Durante su homilía, el arzobispo Kurtz dijo que reconocemos a Nuestra Señora de Guadalupe por su lugar en la Sagrada Escritura.
“Nuestra Santísima Madre recibió una visita del ángel Gabriel quien le dijo que tenía una vocación especial de ser la madre de Dios, llevar a Jesús en su vientre y en su corazón”, mencionó el arzobispo.
El ángel Gabriel le dijo: “No temas”.
“No temas, porque Dios está contigo en las angustias, en los desafíos, incluso en las alegrías que traerá la vida. Dios siempre será tu ancla y por eso tu fe siempre te salvará”, mencionó el arzobispo.
María era una mujer de fe, dijo el arzobispo. Ella se encontraba “en una misión, en un encargo”.
“Tenía la misión de visitar con misericordia a su prima Isabel, que también estaba embarazada de San Juan Bautista. También tenía una misión de misericordia de ir al pequeño pueblo de Belén, para dar a luz a nuestro salvador Jesús”, indicó.
Y, así como María se encontraba en una “misión de misericordia”, también lo estaba San Juan Diego.
“¿Y a quién se apareció Nuestra Señora de Guadalupe? Se le apareció a Juan Diego, no al obispo, no a una persona de gran riqueza o poder. Se le apareció a un hombre de fe, humilde y sencillo que también se encontraba en una misión de misericordia.
“Las personas de fe que son ‘emisarios de misericordia’ siempre, de manera especial, experimentarán la tierna y amorosa misericordia de Nuestra Señora de Guadalupe porque han preparado sus corazones. Han abierto sus corazones a ese regalo”, dijo el arzobispo.