Esperanza En El Señor — El papa Francisco: profeta y pastor

Archbishop Joseph E. Kurtz
Archbishop Joseph E. Kurtz

Por Arzobispo Joseph E. Kurtz

Como muchos, estoy lleno de alegría y entusiasmo por la venida del papa Francisco a los Estados Unidos. Los Papas no visitan como turistas. Ellos viajan para fortalecer y apoyar a los fieles católicos, y dar un gran testimonio a todas las personas. Estas visitas pastorales son una tradición profunda, y él está caminando en las huellas de los Papas modernos que le antecedieron en ese respecto. Cada visita trae consigo momentos conmovedores. Más importante aún, cuando ustedes miran hacia el pasado, se puede reconocer el fruto que brota de ellos.

El papa Francisco viene como pastor – nuestro pastor principal para estar entre su gente. Como pastor, estar cerca y dar ánimos, particularmente a los marginados, claramente ¡le dan energía! es contagiosa. El Papa también viene como profeta, y, como los profetas de antaño, nos llama a una conversión total y cambio. El papa Francisco regularmente nos llama al servicio alegre y generoso a través de Jesucristo. Si queremos ser discípulos, debemos llevar los signos de nuestro compromiso: “Así es como todos sabremos que ustedes son mis discípulos, en que se aman unos a otros” (Juan 13:35). El Papa nos recuerda que nuestro amor por Dios, encontrado de una manera profunda en la oración y los sacramentos, debe impulsarnos a expresiones de cuidado amoroso de unos a otros.

He visto personalmente los grandes esfuerzos en Washington, New York y Filadelfia (y en nuestra Conferencia de Obispos) de prepararnos para recibir a nuestro Santo Padre. Muchas personas están anticipando su visita y esto es verdad para personas de diferente fe. Debo mencionar que su visita puede ser vista en vivo en usccb.org para aquellos que no pueden asistir a un evento.

El propósito principal del Papa en su venida a Estados Unidos es el de tomar parte en el Encuentro Mundial de las Familias. Desde diciembre, el papa Francisco ha dedicado sus Audiencias Generales a la catequesis sobre la familia. Sus reflexiones son bastante maravillosas. Eel expresa muy bien el plan perdurable para el matrimonio y la familia. La misericordia y protección amorosa de Dios llega a cada persona. Para parejas, viviendo la belleza del matrimonio en la vida en familia es difícil, pero puede transformar el mundo a nuestro alrededor. Ahora, más que nunca, necesitamos fortalecer las familias y aprender de cada una de cómo entrelazar las verdades de la fe en la trama misma de nuestra vida diaria. No es una tarea fácil. Me siento muy alentado por la agenda impresionante y la catequesis desarrollada por los organizadores del
Encuentro Mundial de las Familias.

El papa Francisco ha escogido momentos durante su jornada para enfatizar el llamado universal de construir la solidaridad y la comunión. En su Encíclica, Laudato Si (LS), el Papa escribe claramente sobre como todo está conectado. Mientras buscamos proteger nuestra casa común en frente a la crisis ecológica, debemos demostrar un cuidado genuino de unos a otros a toda costa. Debemos defender la vida desde sus primeros momentos, y proteger y apoyar personas vulnerables durante el camino. El papa Francisco hablará directamente a personas muy poderosas y reconocidas en nuestra nación y en el mundo. Además se encontrará con personas muy pobres, aquellas que pueden ir a través de su vida sin ser notados o tratados, incluso de maneras básicas, de acuerdo con su dignidad dada por Dios. Esta asombrosa yuxtaposición no es una contradicción. No hay persona tan poderosa que sea justificada de escuchar el clamor del pobre. Así mismo, no hay persona insignificante que pueda ser desechada. Cada uno de nosotros tiene un papel importante en el drama que Dios desenvuelve a nuestro alrededor. Nos necesitamos los unos a los otros para ejercer nuestro llamado, a ser “una sola familia” (LS, 52).

Pienso en los momentos cuando el Santo Padre visite Caridades Católicas en Washington y la correccional en Filadelfia serán conmovedores así como su discurso ante el Congreso y las Naciones Unidas. La Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB) ha defendido durante mucho tiempo a nuestros hermanos y hermanas más pobres así como aquellos afectados por el sistema de la justicia criminal que la mayoría de la gente ahora admite que requiere una reforma. Estamos extremadamente agradecidos que estas paradas están en el itinerario del Papa.
La Iglesia y los fieles en los Estados Unidos sirven a los marginados tanto en el país como internacionalmente. El papa Francisco es franco acerca de la necesidad de libertad religiosa en cualquier lugar que permite a las personas vivir su fe en palabra y acción. Los católicos están llamados a involucrarse en la arena pública, y el itinerario del Papa enfatiza la importancia de la Iglesia de hablar directamente de las necesidades de nuestro mundo. Hacemos esto para dar testimonio de la dignidad sagrada de la persona humana, así como para asegurar que los fieles puedan servir de maneras que reflejen sus creencias, creencias que encuentran su fuente en la persona de Jesucristo. Al visitar el Papa tres ciudades que han servido como capital de los Estados Unidos en cierto tiempo, estos problemas tienen un eco real.

La visita del Francisco proveerá una gran experiencia para todos nosotros. Oro para que nuestras mentes y corazones se abran  a la actividad del Espíritu Santo durante su jornada apostólica.

Originalmente publicado en L’Osservatore Romano.

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