A mediados de agosto, la Iglesia celebra la Solemnidad de la Asunción de la Santísima Virgen María. Bajo el título de su Asunción, María es la patrona de la Iglesia Catedral de la Archidiócesis de Louisville, lo que hace que ésta sea una celebración especial para nuestra Archidiócesis. La Asunción nos invita de nuevo a honrar a María y a celebrar su fe mientras adoramos a Dios y solo a Dios. Como discípula perfecta de su hijo Jesucristo, el modelo de fe de María es un ejemplo que todos deberíamos intentar seguir.
La Asunción de María, que se celebra todos los años el 15 de agosto, se refiere al misterioso acontecimiento por el cual al final de su vida terrena María fue llevada o “asunta”, en cuerpo y alma, al cielo. Es importante hacer notar que Jesús “ascendió” al cielo por su propio poder. María fue “asunta” al Cielo o llevada allí por Dios. Jesús, al compartir con su madre aquello que le es prometido a todos los que son fieles, le permite unirse a él en el cielo tan pronto como su vida terrena hubo terminado su curso.
En la enseñanza de la Asunción, la iglesia afirma que María está en el cielo como uno de las bienaventurados y disfruta de la vida glorificada que Jesús ganó para todos con su resurrección. De esta manera, María mira desde el cielo, orando fervientemente por nosotros, sus hijos en la tierra. Nuestros hermanos y hermanas de las Iglesias Católicas Orientales celebran la Asunción de una manera ligeramente diferente. Ellos celebran la Fiesta de la Dormition de María, destacando que su muerte no fue más dolorosa que “quedarse dormida”. Podemos aprender mucho de la fe simple de María; una fe tan afirmada en el amor que ni siquiera teme a la Muerte.
Conocer a María y pasar tiempo con ella ayuda a nuestro crecimiento en la vida Católica. De María, podemos aprender a emular su confianza en su hijo. Sabemos que tenemos a María como una intercesora que nos mira desde el cielo con amor de madre. Imagina cuanto cambiarían nuestras vidas si confiásemos plenamente en el Señor y en la intercesion de María por nosotros.
Venerar a María no quita el dolor de esta vida. Sin embargo, no debemos tener miedo porque alguien más fuerte intercede por nosotros. María nos recuerda que nuestro destino no está en este mundo sino en el cielo. Podemos ver a María como un modelo de vida Católica. Ella vivió una vida de oración y reflexión y al mismo tiempo estuvo activa en su comunidad. La vemos recordando las acciones de Dios en su vida y en su corazón, reflexionando y orando con ellas. La vida de María fue una vida de oración que no la apartó de las preocupaciones de la vida sino que la sumergió en ellas, y su oración por nosotros hoy enriquece las vidas cotidianas de aquellos que siguen su ejemplo de fe. ¡Que celebremos la Solemnidad de la Asunción con fe!
Al habérseme pedido que sirva como Administrador Apostólico de la Diócesis de Knoxville, en Tenneessee, mis responsabilidades allí continúan. Durante la vacancia de una diócesis debido a la muerte del obispo, a su renuncia o a su traslado a otra diócesis, la Santa Sede puede nombrar a otro obispo como administrador apostólico, como se hizo conmigo en el caso de Knoxville.
El papel del administrador apostólico es asegurar el buen orden y la administración de la diócesis que espera el nombramiento de un nuevo obispo. Además de las responsabilidades pastorales habituales de un obispo, el administrador apostólico supervisa las actividades diarias de la diócesis que espera el nombramiento de un nuevo obispo. Por favor continúen orando por mi en mi servicio así como por las personas de Knoxville mientras esperan a un nuevo obispo. Aunque mi vida está más ocupada al tener que dividir mi tiempo entre Louisville y Knoxville, estoy más que dispuesto a servir de esta forma hasta que el Papa Francisco nombre a un nuevo obispo de Knoxville.
Agosto también marca el comienzo de un nuevo año escolar. Por favor oren por todos aquellos involucrados en la educación de nuestros jóvenes, por un año escolar exitoso para todos los involucrados en nuestra familia de colegios Católicos aquí en la Archidiócesis de Louisville. Por favor oren también por todos aquellos que, durante el año venidero, se encargarán de la formación en la fe de nuestros jóvenes. ¡Sepa que rezo por usted y por sus seres queridos! ¡Paz!
