Por Catholic News Service
CIUDAD DEL VATICANO (CNS) — El papa Francisco ha reconocido el martirio de padre Stanley Rother, de la Arquidiócesis de Oklahoma City, haciéndolo el primer mártir nacido en Estados Unidos.
El Vaticano hizo el anuncio el 2 de diciembre. El reconocimiento de su martirio abre el camino para su beatificación.
Padre Rother, nacido el 27 de marzo de 1935 en la granja de su familia cerca de Okarche, Oklahoma, fue asesinado brutalmente el 28 de julio de 1981 en una villa guatemalteca donde él ministraba a los pobres.
Él llegó a Santiago Atitlán en 1968 por asignación de la Arquidiócesis de Oklahoma City. Él ayudó a la gente allí a construir un pequeño hospital, una escuela y su primera estación de radio. La gente del pueblo lo quería, y le llamaban “padre Francisco”.
Muchos sacerdotes y religiosos en Guatemala fueron amenazados durante la guerra civil del país de 1960 a 1996 mientras fuerzas del gobierno aplicaban fuerza contra los rebeldes izquierdistas apoyados por la gente pobre de las zonas rurales.
Varias veces, los cuerpos de algunos de los diáconos y feligreses de la parroquia del padre Rother aparecieron frente a su iglesia y luego él recibió numerosas amenazas de muerte por su oposición a la presencia militar guatemalteca en la zona.
Regresó a Oklahoma durante un breve periodo, pero permaneció en la villa guatemalteca donde se quedó durante más de una docena de años con la gente que había llegado a querer.
Él fue asesinado a la edad de 46 años en la rectoría de su iglesia en Santiago Atitlán. Funcionarios gubernamentales del municipio culparon la Iglesia Católica por la agitación en el país que, según ellos, llevó a su muerte.
El día que él murió los soldados también mataron a 13 personas del municipio e hirieron a otros 24 en Santiago Atitlán, una villa aislada a 50 millas al oeste de Ciudad de Guatemala.
Muchos sacerdotes y religiosos perdieron sus vidas y miles de personas civiles fueron secuestradas y asesinadas en el país durante los años de opresión apoyada por el gobierno.
Aunque en muerte su cuerpo regresó a Oklahoma, su familia permitió que su corazón y parte de su sangre se quedaran en Guatemala donde fueron enclaustradas en la iglesia de la gente que él amó y sirvió. Una placa conmemorativa marca el lugar.
Padre Rother fue considerado mártir por la iglesia de Guatemala y su nombre fue incluido en una lista de 78 mártires por la fe asesinados durante la Guerra Civil de Guatemala que duró 36 años. La lista de los nombres a considerarse para canonización fue entregada por los obispos guatemaltecos a san Juan Pablo II durante una visita pastoral a Guatemala en 1996.
Ya que padre Rother fue asesinado en Guatemala, su causa debió comenzar allí. Pero la iglesia local carecía de recursos necesarios para tal esfuerzo. La conferencia episcopal guatemalteca se puso de acuerdo para transferir jurisdicción a la Arquidiócesis de Oklahoma City.