
Los católicos hispanos/latinos que se reunieron para una Misa de vigilia en honor a Nuestra Señora de Guadalupe escucharon que tienen mucho en común con San Juan Diego, el indígena mexicano a quien se le apareció la Virgen María hace casi 500 años.
El padre Wilfredo Fernández celebró la Misa en español en la iglesia St. Joseph en Butchertown a las 11 p.m. el 11 de diciembre para celebrar la fiesta de la Virgen de Guadalupe, que se celebra el 12 de diciembre. Fue una dentro de una docena de celebraciones de la fiesta en la Arquidiócesis de Louisville. Nuestra Señora de Guadalupe Emperatriz de las Américas y Patrona de México.
El padre Fernández, párroco de St. Joseph, saludó a los reunidos con una expresión familiar de alegría en la cultura hispana/latina: “viva”.
“¡Viva Cristo Rey! ¡Viva Nuestra Señora de Guadalupe! ¡Viva San Juan Diego! ¡Viva San José!”, dijo el padre Fernández, a lo que la congregación respondió “¡Que viva!”.

El padre Fernández dijo a la congregación llena de jóvenes y familias que llevaban bebés y niños pequeños, que deben recordar la fiesta de San Juan Diego, el 9 de diciembre. Es tan importante como recordar otras fechas importantes, como el aniversario de bodas, indicó.
“Es importante identificarse con San Juan Diego porque todos (los inmigrantes) hemos vivido su vida en este país”, mencionó el padre Fernández. “No importa cuán clara es nuestra piel, siempre seremos hispanos/latinos. San Juan Diego nos ayuda a mantener nuestra identidad”.
Durante su homilía, el padre Fernández recordó la historia de la aparición de Nuestra Señora de Guadalupe a San Juan Diego en 1531. Juan Diego era un hombre indígena que apenas hablaba español, era nuevo en la fe católica y enfrentó muchos obstáculos.
Después de la aparición, San Juan Diego fue a ver a su obispo y le contó lo que había experimentado. Pero el obispo dudó de él.
“Sabemos lo que nos molesta cuando la gente no nos entiende (debido a las barreras del idioma). Imagínense lo que fue para San Juan Diego” tratar de decirle al obispo que la Santísima Virgen María se le había aparecido y transmitirle su mensaje, dijo el padre Fernández. Durante ese tiempo, habría sido casi imposible reunirse con un obispo, señaló, pero San Juan Diego perseveró.
“San Juan Diego superó muchos obstáculos al igual que nosotros los inmigrantes, que hemos luchado y perseverado para hacer de este país nuestro hogar”, mencionó el padre Fernández.
Animó a sus oyentes a mirar a San Juan Diego porque él conduce a María y María conduce a Jesús.
La celebración incluyó una dramatización de la historia de la aparición realizada por jóvenes de la parroquia. Después de la Misa, la congregación se reunió para compartir en donde se ofrecieron alimentos culturales, como los tamales.
