
Por Peter Jesserer Smith y Kate Scanlon
ORLANDO, Florida — Reunidos en Orlando para su asamblea de primavera, los obispos de Estados Unidos avanzaron en algunos esfuerzos para promover la misión de la Iglesia en los EE.UU., incluyendo nuevas iniciativas pastorales destinadas a activar a los católicos como discípulos misioneros. Las sesiones plenarias celebradas los días 15 y 16 de junio fueron relativamente tranquilas, pero en algunos momentos se produjeron discusiones enérgicas, sobre todo en torno a la formación de los sacerdotes.
El arzobispo Timothy P. Broglio, de la Arquidiócesis para los Servicios Militares de EE.UU., pronunció su primer discurso como presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de EE.UU. presidiendo la Asamblea Plenaria de Obispos. Abordó diversos temas de importancia para los católicos, como la necesidad de que el Congreso apruebe una reforma migratoria y de que se ponga fin a la invasión no provocada a Ucrania por parte de Rusia.
“No podemos dejar de ver el rostro de Cristo en todos aquellos que necesitan nuestra ayuda, especialmente los pobres y los vulnerables”, dijo.
El nuncio papal en Estados Unidos, el arzobispo Christophe Pierre, les dijo a los obispos estadounidenses el 15 de junio que la sinodalidad, orientada a Jesucristo como su “verdadero norte”, desencadena la actividad misionera.
“El objetivo de recorrer este camino sinodal es hacer más eficaz nuestra evangelización en el contexto de los desafíos precisos a los que nos enfrentamos hoy”, dijo el arzobispo Pierre en su discurso ante la asamblea plenaria de primavera de los obispos estadounidenses en Orlando.
El arzobispo también destacó al obispo auxiliar de Los Ángeles David G. O’Connell, quien fue asesinado a balazos a principios de este año, como “un modelo de servicio sinodal, combinado con la caridad eucarística”.
Los obispos católicos estadounidenses reunidos expresaron su aprobación al avance de una causa para canonizar a cinco sacerdotes misioneros de Brittany, Francia, conocidos como los “mártires de Shreveport” quienes atendieron a los fieles durante la epidemia de fiebre amarilla de 1873.
“Demostraron una caridad heroica durante la tercera peor pandemia de la historia de Estados Unidos”, dijo el obispo de Shreveport Francis I. Malone, señalando que todos eran hombres jóvenes que sacrificaron voluntariamente sus propias vidas para viajar con los moribundos y llevar la Eucaristía a los fieles.
En su mensaje al Papa Francisco, los obispos también condenaron enérgicamente una ejecución que el estado de Florida llevó a cabo el 15 de junio por la noche después de su reunión.
El obispo Daniel E. Flores de Brownsville, Texas, puso a los obispos al corriente de los progresos del Sínodo mundial sobre la sinodalidad 2023-2024. El Obispo Andrew H. Cozzens de Crookston, Minnesota, presentó las últimas noticias sobre el Avivamiento Eucarístico Nacional, y esbozó cómo la “iniciativa de pequeños grupos” en el año parroquial podría ayudar a profundizar la relación de las personas con Cristo en la Eucaristía.
“Todos sabemos cuánto necesita nuestra Iglesia pasar del mantenimiento a la misión… éste es realmente el corazón de lo que estamos intentando hacer”, dijo.
La mayoría de las votaciones tuvieron una aprobación casi unánime, como los puntos del orden del día relacionados con la retraducción al inglés de la Liturgia de las Horas, incluyendo que la futura edición incluya algunos textos de oración en latín.
Los obispos aprobaron el Plan Pastoral Nacional para el Ministerio Hispano/Latino con 167 votos a favor, 2 en contra y 2 abstenciones. El plan, de 62 páginas, busca responder a las necesidades de unos 30 millones de católicos hispanos en Estados Unidos y fortalecer la pastoral hispana a nivel nacional, local y parroquial.
Antes de la votación, el obispo Oscar Cantú de San José, California, presidente del Subcomité de Obispos para Asuntos Hispanos, le dijo a OSV News que había una gran necesidad de “ponerse en marcha para que (el nuevo plan pastoral) pueda ser implementado en nuestras diócesis y parroquias”.
Un día antes de que tuviera lugar la votación, el obispo auxiliar de Detroit J. Arturo Cepeda, que preside el Comité de la USCCB sobre Diversidad Cultural en la Iglesia, calificó el plan como una señal de los tiempos que reconoce a los católicos hispanos/latinos — que representan más del 40% de los católicos en Estados Unidos — como “misioneros entre nosotros” que pueden revigorizar la vida de la Iglesia.
El debate más polémico tuvo lugar en torno a la propuesta de la segunda edición de la “Guía para la Formación Permanente de los Sacerdotes”. Algunos obispos tomaron la palabra para objetar que no habían tenido tiempo de leer el documento, o que era tan extenso que probablemente los sacerdotes no lo leerían y desestimarían su contenido.
Otros obispos expresaron su preocupación por la necesidad de profundizar en el tema de la “paternidad espiritual”, ya que, de lo contrario, podría alimentar las “tendencias narcisistas” y la “arrogancia” de algunos sacerdotes.
El obispo de Cheyenne, Wyoming, Steven R. Biegler dijo que apreciaba la hermosa descripción que hace el documento de la relación cristiana con Dios como Padre, Hijo y Espíritu Santo. “Lo que veo que falta es esa relación comunitaria con el Cuerpo de Cristo … que nos hace solidarios unos con otros como hermanos y hermanas”, dijo.
Sin embargo, otros obispos se opusieron a retrasar el documento, señalando el duro trabajo que se ha realizado para elaborarlo, y que el documento pretendía ser una guía que se adaptaría a las realidades de las iglesias locales.
El obispo Juan Miguel Betancourt, ordenado sacerdote de los Siervos de la Eucaristía y de María, quien es obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Hartford, Connecticut, dijo que el término “paternidad espiritual” es “en realidad un término más familiar y claro para los que son más jóvenes en el sacerdocio”.
Finalmente, los obispos aprobaron el documento de formación con 144 votos a favor, 24 en contra y 8 abstenciones.
El debate y la votación sobre las prioridades para el plan estratégico 2025-28 de la USCCB se pospusieron para que los obispos pudieran reflexionar y, presumiblemente, incluir algunas de las discusiones de las conversaciones sinodales.
Por votación de voz, los obispos aprobaron el inicio del proceso de consulta y revisión de las directrices éticas para los centros de salud católicos, con el fin de orientarlos en la atención a las personas que experimentan disforia de género y se identifican como transexuales.
El obispo Flores dijo que los posibles cambios serían “limitados y muy específicos” en su naturaleza, e implicaría una amplia consulta. Alabó los llamamientos de los obispos a un enfoque “pastoralmente sensible” de este complejo tema.
Los obispos estadounidenses también aprobaron que el Comité de Laicos, Matrimonio, Vida Familiar y Juventud avance en la redacción de una nueva declaración pastoral para las personas con discapacidad.
“Creemos que es necesaria una nueva declaración para abordar los problemas de la discapacidad en el siglo XXI”, dijo a los obispos el 16 de junio el obispo Robert E. Barron de Winona-Rochester, Minnesota, presidente del comité. El objetivo de la declaración es hacer hincapié en los dones de las personas con discapacidad, eliminar formas anticuadas de referirse a las personas con discapacidad e incluir a las personas con enfermedades mentales.
Durante la discusión sobre el tema, el cardenal Seán P. O’Malley de Boston se unió al obispo John T. Folda de Fargo, Dakota del Norte, para señalar la importancia de que los católicos se alíen con la comunidad de discapacitados contra el suicidio asistido, y el cardenal pidió más atención para apoyar a los padres de niños con autismo.
Los obispos también escucharon una actualización sobre la próxima Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en Lisboa, Portugal, y se les animó a tener sus propios eventos estatales para jóvenes y jóvenes adultos “para formarlos como discípulos misioneros”.
Por último, justo antes de que los obispos concluyeran su asamblea, el obispo Earl A. Boyea de Lansing, Michigan, presidente del Comité para el Clero, la Vida Consagrada y las Vocaciones, habló sobre el estudio realizado por The Catholic Project en 2022 entre 10.000 religiosos católicos y sacerdotes diocesanos, según el cual la mayoría de los sacerdotes desconfían de sus obispos y sólo el 24% dice tener confianza en los obispos en general.
El obispo Boyea animó a los obispos a ayudar a los sacerdotes a “sentir la unidad y la fraternidad con nosotros” a través de una mejor comunicación personal, como el reconocimiento de los momentos importantes de sus vidas, y mejores líneas para comunicarles la información.
“Esto no es la culminación, sino un comienzo, para sanar nuestra relación (con ellos)”, dijo sobre el informe.
Al concluir su asamblea, reconociendo que era la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, los obispos rezaron juntos las Letanías del Sagrado Corazón, invocando repetidamente el corazón de Jesús para que tenga “piedad de nosotros”.