La aplicación de normas y procedimientos utilizados en industrias de alto riesgo podría usarse para la protección de menores de edad

Por Carol Glatz, Catholic News Service

ROMA (CNS) — La manera de pensar y procedimientos especializados que se usan en plantas de energía nuclear, en hospitales y en torres de control de tránsito aéreo se están adaptando para la protección de menores de edad en programas de la Iglesia Católica.

En estas industrias de alto riesgo “se observan prácticas de seguridad de acuerdo a sus valores característicos debido a que en esas industrias un solo accidente podría tener resultados catastróficos, fatales”, dijo el diácono Bernie Nojadera, director ejecutivo en el secretariado para la protección de niños y jóvenes de la conferencia episcopal de obispos católicos de los Estados Unidos.

El abuso sexual contra un menor de edad es semejantemente catastrófico. Las prácticas llamadas “organizaciones de alta fiabilidad”, prácticas desarrolladas que aumentan la seguridad y efectividad en ciertas industrias, también se pueden poner en práctica en la iglesia para asegurarse que exista un ambiente más seguro para los menores de edad, Nojadera dijo al Catholic News Service, el 23 de junio.

El diácono Nojadera fue uno de algunos 70 asistentes a la conferencia Anglófona, una reunión anual para la prevención de abusos a menores de edad, jóvenes y adultos vulnerables, que se llevó a cabo este año en la Universidad Gregoriana Pontificia de Roma, del 20 al 23 de junio.

El diácono habló a los obispos presentes, representantes de órdenes religiosas y funcionarios de protección infantil, procedentes de 19 países, sobre programas piloto empleados en 44 diócesis de los Estados Unidos, en las que ya se utilizan normas de alta fiabilidad.

Estas prácticas se dirigen a hacer un análisis de las causas radicales de algún hecho, suceso o evento que llevó, por ejemplo, a que sucediera una muerte accidental en un hospital, explicó.

“¿En dónde estuvo la falta? ¿En dónde se perdió ‘la pelota’?”, dijo. Después de encontrar las respuestas adecuadas, “se disemina por el hospital lo que se encontró el estudio entre todos los otros hospitales, con la meta de prevenir que se cometa el mismo error otra vez”.

Se empezó a introducir el concepto dentro del secretariado de prácticas de la alta fiabilidad durante un taller que llevó el nombre de “mejoramiento del desempeño humano”, hace dos años, pero “el material estaba lleno de lenguaje que usa en un hospital ” que seguía el modelo usado en la industria del cuidado de la salud, dijo el diácono Nojadera.

Dijo Nojadera que en el taller de este año, llevado a cabo en Denver, los dirigentes del programa adaptaron las prácticas de alta fiabilidad para uso en la iglesia, enfatizando la importancia de incrementar los principios de conciencia, vigilancia, confianza y habilidad de todo el personal y miembros dirigentes para actuar de manera proactiva y poder tomar decisiones rápidas y responder en forma apropiada.

El propósito, dijo, es el de “infundir este tipo de confianza ” entre todos los católicos en caso de que si notan que algo no parece estar correcto con algún menor de edad, ellos pueden saber cómo proceder “pues han recibido entrenamiento para ello”.

“Conocerán la manera de cómo reportar el asunto con confianza, a quién informárselo y la forma de documentar la información. Y esto se hace de modo ininterrumpido y natural pues ya se ha practicado antes suficientemente”, dijo.

Se ha programado entrenamiento adicional para el mes de octubre, dijo Nojadera, para el que se contará con un grabación viva, un webinar, en el Internet y se presentará el programa sobre “ambiente seguro” diseñado en la diócesis de Columbus, Ohio.

El programa se demostrará cómo se utiliza la organización de alta fiabilidad, adaptable “a todo”, como, por ejemplo, seguridad para el trabajador, acoso sexual y malos manejos financieros, no solamente abuso contra menores de edad, dijo Nojadera

“Ojalá empecemos con esto a plantar estas semillas y hacer que se apliquen los principios de alta fiabilidad como parte del fundamento para ayudar a que se produzca un cambio de cultura en la iglesia”, dijo el diácono.

El infundir estos principios de alta confiabilidad dentro de la iglesia significaría infundir en todas las personas “una toma de conciencia común” y/o atención a su ambiente, a la aplicación de normas y procedimientos, y la forma en la que se deben de manejar alegatos de abuso y como tratar a víctimas, dijo Nojadera.

En el secretariado también se está organizando “una caja de herramientas” o recursos que se compilarán en su sitio Web el próximo año, con una lista completa de prevención contra abusos y normas responsivas para posibles víctimas, mejores prácticas, procedimientos y documentación, dijo el diácono.

El diácono Nojadera dijo que el sitio Web será un lugar al que cualquier persona pueda acudir; por ejemplo, un obispo que dese conocer los pasos que se deben tomar para investigar apropiadamente los antecedentes de un sacerdote que llegase de otro país; un oficial de asistencia a víctimas que busque la efectividad de diferentes intervenciones terapéuticas y el tiempo conveniente en el que se ofrezca tal tipo de terapia; o un familiar que quisiera saber algo acerca de las leyes que exigen que se reporten casos de esta naturaleza en cada municipio en el que uno se encuentre.

A pesar del enorme progreso logrado en la iglesia de los Estados Unidos para la protección de menores de edad “la persona común y corriente que va a la iglesia” todavía no conoce plenamente lo que la iglesia ha establecido como códigos de conducta, mesas directivas de inspección, auditorías de conducta y personas que coordinan ambientes seguros, dijo Nojadera.

“Todavía hay mucho trabajo que hacer para que se pase la voz”, añadió.

Sin embargo, la iglesia debe de continuar trabajando para mejorar y permanecer vigilante en su compromiso de mantener la seguridad de menores de edad, dijo el obispo Edward J. Burns, de Juneau, Alaska, presidente del comité de los obispos de Los Estados Unidos para la protección de menores de edad y jóvenes.

“No podemos ser complacientes” ni dejar que nos invada ” el cansancio” al escuchar una y otra vez asuntos sobre crisis de abusos, le dijo al CNS.

Las personas nunca deben de perder de vista la fundación de todo lo que hacen. Todas las aplicaciones de teoría y procedimientos “deben basarse en la dignidad y el carácter sagrado del niño”, dijo el obispo Burns.

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