Esperanza en El Señor — Un caso de agotamiento

El Arzobispo Joseph E. Kurtz

He comenzado a leer algunos de los escritos de Graham Greene. Nacido en 1904, hizo la mayoría de sus escritos desde 1920 hasta 1970. En 1926, se convirtió al catolicismo romano, y sus novelas revelan un tema que es consistente con los misterios más profundos de la fe católica. Por lo tanto, figura entre los que se consideran novelistas católicos, pero no porque escriba sobre la Iglesia. Más bien, los temas centrales de sus novelas presentan los misterios de la dignidad de la persona humana, la realidad del pecado y el don de la salvación.

Hace años, leí “The Power and the Glory” sobre un sacerdote con un problema con el alcohol que sirvió en el estado de Chiapas en el sureste de México durante el tiempo de la persecución de la Iglesia y de los sacerdotes. A pesar de sus defectos, este sacerdote surgió como un sacerdote con un corazón verdaderamente pastoral por su pueblo. Acabo de terminar otra de sus novelas, “The Quiet American”, que tiene lugar en Vietnam en la década de 1950 y ofrece un retrato asombrosamente profundo de la realidad de la guerra.

La semana pasada, comencé a leer una novela de Graham Greene que he querido leer por un tiempo, “A Burnt-Out Case”. Es la historia de un arquitecto que se desilusionó con su vida y viajó a África central para alejarse de todo. Finalmente, comenzó a trabajar en un lugar que cuida a quienes viven con lepra, ahora llamada enfermedad de Hansen.

Mientras eventualmente atendía a aquellos con gran necesidad, descubrió, con la ayuda de un médico, que él tenía síntomas espirituales que eran notablemente similares a los síntomas físicos de una persona con la enfermedad de Hansen. Estos síntomas incluyen terminaciones nerviosas que arden intensamente hasta que, de repente, todo se quita como si se apagaran con un interruptor de luz. Ya no hay ningún sentir. El médico del arquitecto identificó sabiamente esta falta de sentir en el alma del protagonista de esta novela. El arquitecto había tenido éxito en su carrera a los ojos del mundo, pero sentía un profundo vacío. Cuando le preguntó al médico el nombre de esta enfermedad, el médico simplemente dijo: “agotamiento”.

Esta novela describe una condición que afecta la vida de tantas personas que dicen con exasperación: “Me estoy agotando”. El entusiasmo y la pasión que sintieron por el trabajo de sus vidas se ha desvanecido. Todo se vuelve monótono. Necesitan un cambio.

¡Qué gran precursor para el Miércoles de Ceniza en la temporada de Cuaresma! Falta menos de un mes y es la receta ideal para los síntomas de agotamiento. Así como el arquitecto regresó a los verdaderos valores profundos en su vida sirviendo a los demás, así también la persona espiritualmente despierta puede renovarse, no a través de su propio esfuerzo, sino a través de la gracia de Dios pulsando por las venas.

Esté atento al periódico “The Record” y al boletín de su parroquia para ver las oportunidades de hacer de este viaje de Cuaresma uno en el que esté curado del agotamiento y sea renovado. Hará que su aleluya de Pascua el 12 de abril resuene más.

Por cierto, este es también un momento para alimentar su vida intelectual y espiritual con buenos libros, comenzando con el Nuevo Testamento e incluso incluyendo algunas novelas de autores católicos como Graham Greene.

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