Esperanza en El Señor— Preciada vida inocente

Archbishop Kurtz
Archbishop Kurtz

Este domingo es el Día de las Madres, y es una oportunidad para reflexionar en el obsequio de la preciada vida inocente. El preciado obsequio de un hijo en el vientre ha estado en mi mente al completar la preparación final del folleto, Gift of Joy, el cual será publicado por Our Sunday Visitor. Msgr. Brian Bransfield de USCCB y yo somos coautores de este recurso, el cual expande la intervención del sínodo en el nuevo rito que di en el pasado mes de octubre. Nuestro objetivo es alcanzar la disponibilidad pública para la fiesta de la Visitación el 31 de mayo.

La conmovedora escena del Evangelio de San Lucas, capítulo 1, capta la visita de María encinta con su prima Isabel encinta de Juan Bautista. El versículo 41 lo dice todo: “Cuando Isabel escuchó el saludo de María, el niño saltó de gusto en su vientre”. Al reflexionar en este encuentro de María e Isabel, nos sentimos atraídos por las Escrituras a orar por todas las madres y sus hijos. Únanse a mí a orar en agradecimiento por sus madres y las madres en todos lados. ¡Cuánto tenemos que alzar en oración su inestimable vocación y los niños que Dios ha creado y dado al mundo como un obsequio! Unidos a la intercesión de nuestra Santísima Madre María, la madre de Jesús y de la Iglesia, oramos en gratitud y al mismo tiempo buscamos realizar el alcance a las madres y a sus hijos con compasión, y con valentía a medida que buscamos una cultura de vida en nuestro mundo.

Lamentablemente, necesitamos más que nunca escuchar la voz de la Sagrada Escritura sobre la preciada vida. Dos ejemplos recientes demuestran una perspectiva de vida “reemplazable” en una cultura de violencia en la que todo es descartable. Una tuvo lugar en Boston y la otra en Philadelphia. La primera es conocida por todos nosotros. El cardenal Sean O’Malley de Boston habla sobre “…el profundo dolor por los actos insensatos de violencia perpetrados en el Maraton de Boston”. Damos marcha atrás en el horror y la tristeza al reflexionar en la vida inocente perdida por las bombas en el maratón. A medida que voy a las parroquias a confirmar a nuestros jóvenes, a un ritmo de una vez al día y algunas veces con más frecuencia, he hablado sobre esos dos hombres que escucharon las voces equivocadas e insensatamente tomaron vidas inocentes. ¡Cuánto anhelamos escuchar las voces correctas!

Igualmente trágica y profundamente espantosa es la segunda historia: las acciones de Kermit Gosnell. El arzobispo Charles Chaput de Philadelphia escribe acerca del juicio por asesinato que pronto irá al jurado. Él comienza su columna con: “Algunas historias, no importa cuán inquietantes, no pueden ser ignoradas – incluso cuando algunas personas están decididas a mirar hacia otro lado”. Él da detalles del juicio, añadiendo: “Y como cualquier otra persona criminal acusada bajo la ley, Gosnell es inocente hasta que se pruebe que es culpable. Cualquiera que el veredicto sea, no hay ambigüedad acerca del tipo de negocio que llevaba en Philadelphia del Oeste en su “Women’s Medical Center”, una clínica de aborto que los críticos la han comparado a una planta empacadora de carne o a una carnicería, con niños que aun no han nacido arrojados al inodoro y frascos con partes fetales almacenados alrededor del lugar”.

El arzobispo Chaput indica un segundo punto importante: estos son los sucesos que no pueden ser ignorados. Citando críticas periodísticas de cobertura de los medios de comunicación, desentierra la tentación de “mirar hacia otro lado”. No hay duda de que los sucesos descritos son en extremo espantosos, pero la compasión y la valentía exigen la atención. Es importante leer su columna completa. Este es el enlace: https://catholicphilly.com/2013/04/think-tank/weekly-message-from-archbishop-chaput/the-gosnell-story-and-its-lessons/.

Personas de fe profunda y personas de bien llegan a la misma conclusión – algunos por convicción de fe y otros a través de la ley “escrita en el corazón”, que, por siglos, ha sido conocida como “la ley natural”. La convicción es: el niño en el vientre de la madre es preciado, así como lo es el niño una vez que nace. Al rezar por nuestras propias madres, el Día de las Madres seguramente nos llama a rezar por todas las madres y sus hijos, desde el momento de la concepción hasta la muerte natural.

El sábado, 18 de mayo, celebraré Misa a las 7:00 a.m. en Cathedral of the Assumption por los Ayudantes de los Preciados Infantes de Dios. Una Hora Santa en la Iglesia y una procesión serán llevadas a cabo después de la Misa. Usted está invitado a permanecer para la Hora Santa y adorar a nuestro Señor Jesucristo en el Santísimo Sacramento o unirse a mí y muchos más quienes fielmente se reúnen cada mes a rezar el Rosario en una procesión a la clínica de abortos y de regreso a la Catedral para la bendición de cierre. Esta es una oportunidad maravillosa para rezar por el preciado obsequio de la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural y por la compasión y valientes seguidores de Jesús que luchan por la vida y realizan el alcance a ayudar a aquellos en necesidad.

ARZOBISPO JOSEPH E. KURTZ

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