Al acercarse la Semana Santa dentro de dos semanas, reflexionen conmigo en la voz de la conciencia y regresen al Señor por medio del Sacramento de la Reconciliación. Yo me uniré a hermanos sacerdotes el día viernes, 23 de marzo en la parroquia Saint Louis Bertrand para una Hora Santa y confesión. Mi artículo en la parte inferior, que apareció en “Give Us This Day” el 4 de marzo, 2018, el tercer domingo de Cuaresma, nos recuerda de la necesidad de limpiar nuestras almas y a escuchar el eco de la voz de Dios en nuestros corazones:
Dos templos fueron limpiados cuando Jesús expresó vívidamente su justa indignación por el estado de las cosas en el Monte del Templo. Por supuesto que el patio que conduce al lugar del Santísimo – el espacio sagrado todavía es honrado como “Monte del Templo” por los judíos, musulmanes y cristianos – fue limpiado de “vendedores” que distraían de la atmósfera esencial de la santidad.
El alma anhela esa serenidad que Jesús restauró. El silencio pacífico de una visita a una Iglesia despierta la mente y eleva el corazón a Dios.
Pero, los eruditos en Escrituras nos recuerdan que las acciones dramáticas de Jesús limpiaron un segundo templo. Esto involucró los corazones de “los especuladores” antiguos que cobraban extra y tomaban ventaja de los pobres que se acercaron al Templo a hacer su ofrecimiento. Nunca me han gustado los revendedores parados afuera de los estadios deportivos, pero este caso es peor. Los que tenían menos capacidad de pagar estaban sumidos en la situación. Con una acción bastante fuerte, Jesús limpio los corazones de esos mercaderes codiciosos para que el eco de la voz de Dios (sus conciencias) pudiera prevalecer.
Ese eco de la voz de Dios en nuestros corazones encaja en la primera lectura de hoy del Libro del Éxodo, describiendo la entrega de los Diez Mandamientos a Moisés. Las tablas de piedra contenían leyes que ya se encontraban escritas en los corazones de todos. Una buena prueba es que las mujeres egipcias rescataron al bebe Moisés de los juncos en el Libro del Éxodo (2:1-10). Mucho antes de que los 10 Mandamientos fueran proclamados, estas mujeres escucharon el eco de la voz de Dios en sus corazones, y las conmovió a salvar al niño inocente.
Como peregrinos en la Cuaresma anhelando por conversión, nosotros también añoramos escuchar este eco. Una visita en silencio a un lugar santo puede ser justo lo que necesitamos para limpiar el “templo” de nuestros corazones.
Texto de reflexión reimpreso con permiso, “Give Us This Day: Daily Prayer for Today’s Catholic,” March 2018 (Collegeville, Minn.: Liturgical Press).