Esperanza en El Señor — Dos asambleas y una visita a Ucrania: aprendizaje y fraternidad

Archbishop Joseph E. Kurtz
Archbishop Joseph E. Kurtz

Las primeras tres semanas del mes de junio serán grandes aventuras para mí. Esta semana en el seminario Saint Meinrad, me reuniré con sacerdotes hermanos de toda la Arquidiócesis en nuestra Asamblea Presbiteral Anual. La próxima semana se tendrá la reunión semestral de los Obispos de los Estados Unidos en St. Louis. La tercer semana, realizaré una visita fraterna, junto con el arzobispo Cupich de Chicago a Ucrania. Espero escribir a finales de este mes acerca de la visita a los obispos de Ucrania.

Estas tres aventuras involucran fraternidad y aprendizaje. En el seminario Saint Meinrad nos involucraremos en “intercultural competency skill-building”. A medida que un número creciente de nuestros fieles y sacerdotes de otras culturas y continentes se unen a nosotros, esta asamblea ofrece un tiempo para detenernos y reflexionar en la experiencia de la diversidad. Buscamos apreciar la riqueza y abordar los retos de cómo varias culturas pueden reunirse de una manera que haga que la experiencia de Pentecostés de muchas lenguas pero un solo Espíritu Santo cobre vida.

La reunión en St. Louis se enfocará en varios temas, destacando la oportunidad para nosotros, los obispos, de escuchar de parejas casadas al dar testimonio de la belleza y los retos del matrimonio. En Ucrania, la visita fraterna involucra apoyar a los obispos y a los fieles de una nación atribulada y dividida, así como ver el gran trabajo que es apoyado por la colecta anual nacional por la Iglesia en Europa Central y del Este. Habrá mucho que aprender durante estos viajes, pero el fruto de estas experiencias será mucho más que aprendizaje.

Estos no son simplemente eventos de aprendizaje pragmáticos en donde compañeros de trabajo de negocios se reúnen para mejorar sus habilidades en una convención. Mientras que la alegría de los amigos que se reúnen siempre trae consigo relajamiento y un espíritu renovado, en estas tres reuniones, habrá una experiencia de fraternidad transmitida desde una fundación teológica llamada communio. Estas reuniones revelarán un vínculo invisible que nos une en el servicio al prójimo en el nombre de Jesucristo y a través de Su poder.

Estaba pensando en este vínculo invisible durante el mes de mayo. El 5 de mayo, ordené al obispo John Stowe como el tercer obispo de Lexington y el sábado pasado, 30 de mayo tuve el privilegio de imponer las manos y ungir como sacerdotes servidores a los padres Peter Bucalo, Shayne Duvall y Jason Harris.

En la “Oración de Ordenación” dije: “Te pedimos, pues, Señor, que nos concedas también a nosotros esta misma ayuda que tanto necesita nuestra fragilidad” (traducción correspondiente a The Roman Pontifical de 1978).

El vínculo sagrado del Obispo y los Sacerdotes es necesario debido a la “debilidad” y la necesidad de ayuda que yo como Obispo vivo, pero es además un vínculo que viene de los Apóstoles…de la primera “ordenación” de Jesús en la Última Cena. La oración continua “Te pedimos, Padre Todopoderoso, que confieras a estos siervos tuyos la dignidad del presbiterado; renueva en sus corazones el espíritu de santidad; reciban de ti el sacerdocio de segundo grado y sean, con su conducta, ejemplo de vida” (traducción correspondiente a The Roman Pontifical de 1978). Así como el obispo Stowe fue ordenado no solo para una jurisdicción específica en la Diócesis de Lexington en donde sirve pero además para la Iglesia universal en unión con el papa Francisco, de la misma manera, cada sacerdote es llamado a servir a todos en la diócesis y no solamente a aquellos en la parroquia en donde sirve. El sacerdote sirve a todos los fieles y en cierto modo servir a aquellos con quienes trabaja, sus compañeros sacerdotes.

Anteriormente en el Rito, les pregunté, “¿Prometen respeto y obediencia a mí y a mis sucesores?” Esto no es solamente una pregunta jurídica o administrativa sino una pregunta profundamente espiritual – para uno que se convierte en un verdadero compañero de trabajado con un sucesor de los Apóstoles. En este momento, es un gran acto de humildad y confianza para todos, para el obispo y el sacerdote de igual manera.

Por favor oren por los sacerdotes que los sirven, “sus sacerdotes”. Oren por aquellos en su parroquia y por todos los sacerdotes para que profundicemos communio en Jesucristo y juntos servir a Cristo y a Su pueblo.

Oren también por los obispos de los Estados Unidos. Hay aproximadamente 400: algunos de ellos son obispos auxiliares que se encuentran jubilados y aproximadamente la mitad son obispos diocesanos que están encargados del cuidado de los fieles dentro de la diócesis. Oren para que podamos ver el vínculo espiritual o communio que nos une al buscar servir bien a Jesús.

Arzobispo Joseph E. Kurtz

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