Cuando llegué a Louisville hace seis años, descubrí el carisma de Las Hermanitas de los Pobres. De hecho supe de las hermanitas hace 50 años pero no de una manera directa. Entré al seminario en 1963 y conocí a un compañero que serviría por años como sacerdote en Philadelphia antes de que falleciera en el 2011 – Monseñor James Matteo. Él ya se encontraba en el seminario cuando yo llegué y recuerdo claramente con qué cariño hablaría de su servicio voluntario con las hermanitas cuando él era un adolescente en la preparatoria. De hecho, el data su llamado a ser sacerdote a su carisma de servicio.
Recuerdo haber visitado uno de los asilos con un grupo de seminaristas para una fiesta de Navidad con los ancianos residentes del asilo. Al no conocer la palabra “carisma” en ese tiempo, presentí algo diferente entre las hermanitas y todos aquellos que sirvieron en ese asilo. Había una actitud única y de afecto que se sentía en el aire.
Posteriormente vine a conocer la palabra carisma y de cómo ésta se aplica en las hermanitas. De sus raíces griegas, la palabra carisma simplemente significa “don” pero es un don muy especial. Usamos la palabra para referirse a un don que proviene de Dios dado a una persona o grupo con el propósito de servir a otros. El carisma de las hermanitas tiene una antigüedad de más de 170 años y se remonta a Santa Jeanne Jugan.
Visité el sitio web de las hermanitas que está dedicado a la historia de su santa fundadora. Una frase resumió su vida así: “Jeanne Jugan se ofreció enteramente a Dios y a los ancianos pobres”. A pesar de las luchas personales en su vida, Santa Jeanne mantuvo sus ojos en Dios en oración y en los ancianos a su alrededor.
No pasó tanto tiempo después de que otros se unieron a ellas, y ahora tenemos un carisma y la presencia de Las Hermanitas de los Pobres en Louisville y en muchos otros lugares. (Por cierto, aprendí que las hermanitas vinieron a Louisville en los comienzos de su historia — en 1869, como 30 años después de su fundación en Francia. ¡Somos bendecidos!) En la beatificación de Jeanne Jugan en 1982, el papa Juan Pablo II mencionó “Dios no pudo glorificar a una sierva más humilde que a ella”.
En el 2009 el papa Benedicto comentó que la canonización de Santa Jeanne “mostraría una vez más como el vivir la fe es prodigioso en buenas obras, y como la santidad es un bálsamo curativo para las heridas de la humanidad”. Claro que el papa Francisco ha llamado a realizar un alcance hacia otros y ha expresado una preocupación especial por los ancianos. La misión de las hermanitas ¡totalmente simboliza su llamado!
Este fascinante testimonio, que es una mezcla clara de convicciones de fe y servicio humilde, captó la atención de nuestra nación este mes. No me sorprendió el saber que el lunes, 6 de enero, recibiría invitaciones para asistir a “Fox and Friends” en la mañana y Wolf Blitzer’s CNN “Situation Room” después del mediodía – para hablar de las hermanitas. Así como ustedes sabrán, se unieron a su proveedor de seguro, Christian Brothers, en una demanda para evitar ser forzadas a manipular su carisma. Lo que es obvio para cualquiera que llega a la puerta de una de sus casas es el humilde servicio y la convicción ferviente de fe de las hermanitas que forman los dos lados de la moneda. Si el mandato del Departamento de Salud y Servicios Humanos, los cuales son regulaciones que acompañan la ley Affordable Care Act, fueran ejercidas, las hermanitas serían forzadas a pagar multas para conservar su carisma intacto.
Comprendan — las hermanitas no están en contra de tener cuidado de salud accesible para todos, especialmente hacia los más vulnerables. ¡Esta es precisamente su misión! Ellas están en contra de tener que tomar una decisión falsa entre servir y seguir sus profundas creencias. Ellas en su conciencia no pueden firmar un papel que autorizaría cobertura de procedimientos objetables que su fe prohíbe, tal como anticonceptivos y esterilizaciones abortivas, y este conflicto hizo que tomaran el paso de presentar una demanda. Este conflicto no es acerca de tener acceso a estos procedimientos, sino el de que las hermanitas sean forzadas a ser partícipes en proveerlo a sus empleados.
La semana pasada, aprendimos que la orden judicial provisional de la Suprema Corte de Justicia de Sotomayor ha sido apoyada por toda la Suprema Corte, y las hermanitas continuarán siendo protegidas de multas mientras que las amplias cuestiones son debatidas y con optimismo resueltas a favor de una robusta defensa de la libertad religiosa. Al no haber certitud del resultado, a presentaciones de demandas por otras instituciones religiosas también se les ha otorgado retrasos temporales, y todos estos son signos de optimismo.
Servir a aquellos en necesidad y adorar a Dios van unidos como los dos lados de una moneda. Jesús nos ha dicho que lo que hagamos por los mas pequeños, se lo hemos hecho a Él. La primera carta del apóstol San Juan lo dice también: Si tú dices que amas a Dios pero no amas a tu prójimo, eres un mentiroso. Las hermanitas proporcionan servicios inspirados por el Evangelio que necesitan ser preservados. En su labor, vemos el valor real de la libertad religiosa en nuestra nación.
ARZOBISPO JOSEPH E. KURTZ