Por Ruby Thomas, Escritora del personal
Hispanos y latinos católicos que se reunieron para el VI Encuentro de la Arquidiócesis de Louisville el 6 de octubre escucharon que era tiempo de que su comunidad pregunte no lo que la Iglesia puede hacer por ellos, sino lo que ellos pueden hacer por la Iglesia.
El VI Encuentro, llevado a cabo en el campus de la Iglesia San Juan Pablo II en Goldsmith Lane, se dio enseguida del V Encuentro, una reunión nacional de más de 3,000 hispanos y latinos católicos realizado en Grapevine, Texas del 20-23 de septiembre.
El evento arquidiocesano reunió a más de 200 hispanos y latinos incluyendo a niños, adolescentes, jóvenes adultos y adultos. El tema del día fue “Discípulos Misioneros”, similar al tema del evento nacional titulado “Discípulos Misioneros: Testigos del Amor de Dios”.
En el evento local de todo el día, los participantes asistieron a Misa celebrada por el arzobispo Joseph E. Kurtz y tomaron parte en varios talleres. El padre Rafael Capó, Director del Instituto Pastoral del Sureste en la Arquidiócesis de Miami (SEPI), lideró el taller “Discípulos misioneros”, en donde el habló acerca del rostro cambiante de la Iglesia católica.
La Iglesia católica ahora tiene un “rostro hispano”, indicó el padre Capó, mencionó que forma casi la mitad de todos los católicos en los Estados Unidos y los adolescentes hispanos representan la mayoría de los jóvenes en la Iglesia, indicó. Sin embargo, esto no se refleja en el liderazgo de la Iglesia. Esto comenzará a cambiar cuando la comunidad cambie su mentalidad, añadió el padre Capó.
“Este no es un tiempo para preguntar “¿cómo la Iglesia nos evangelizará o como la Iglesia nos servirá?” mencionó el padre Capó. “Estamos viviendo en un momento en el que necesitamos preguntar no lo que la Iglesia hará por nosotros, sino lo que nosotros haremos por la Iglesia”.
Una de las maneras de comenzar este cambio es dentro de la familia, indicó.
“Formen a sus niños para ser un puente. Preparen a esa generación a ser los líderes que necesitamos” mencionó, instando a sus oyentes a “tomar la antorcha de la evangelización” como los misioneros que vinieron a los Estados Unidos hace unos 500 años y comenzaron a transformar el rostro de la Iglesia.
Mencionó que “un nuevo rostro” de la Iglesia fue evidente durante la reunión nacional en Texas, donde el arzobispo Joseph E. Kurtz y cuatro delegados de la Arquidiócesis de Louisville lo vivieron de primera mano.
El arzobispo Kurtz mencionó durante una entrevista el 3 de octubre que su tiempo en el Encuentro fue “muy, muy enriquecedor”.
“La oportunidad de ver la vida, el entusiasmo y apertura de la Iglesia entre la comunidad latina en los Estados Unidos fue muy alentador. Tengo muchas esperanzas de tener la oportunidad de destacar y celebrar los dones de la comunidad latina en la Arquidiócesis de Louisville” indicó.
El arzobispo observó que uno de los aspectos más destacados de la reunión fue el reunirse con jóvenes adultos y escuchar acerca de “su fe y luchas” Esa reunión tuvo “un efecto fuerte” indicó el arzobispo. Él observó que una de las metas es encontrar maneras de “llegar a aquellos que están en las sombras y que no se sienten cómodos en acercarse a la Iglesia”.
Una de las personas jóvenes que asistió a la reunión en Texas fue Fermín Luna, un seminarista de descendencia mexicana que se encuentra en formación para la Arquidiócesis de Louisville. Luna dijo que él se sorprendió por el interés de los obispos en escuchar de los jóvenes delegados.
Escuchar las necesidades de la gente joven que se reunió le hizo darse cuenta que “lo que estoy haciendo ahora se necesita en el mundo”.
Había un “hambre espiritual” dijo Luna durante una entrevista el 5 de octubre. Muchos expresaron que la juventud era un “tiempo confuso” y que necesitaban “acompañamiento” mientras pasan por esta fase. En general, Luna dijo que sintió que los participantes “se fueron con un sentido de esperanza lo cual es importante a la luz de la crisis por la que atraviesa la Iglesia”.
El padre Michael Tobin, pastor de la parroquia Annunciation en Shelbyville, Ky, fue otro delegado de la Arquidiócesis de Louisville en asistir al evento en Texas. El padre Tobin dijo que el V Encuentro resaltó la necesidad de “llamar a líderes – catequistas, diáconos permanentes, ministros para adolescentes y sacerdotes — de la comunidad hispana.
El padre Tobin dijo que su parroquia está compuesta de aproximadamente 1,000 familias, de lo cual casi la mitad son hispanos o latinos. Debido a que su número está creciendo en la Iglesia, ahora es “una cuestión de justicia” a que se incluya a más hispanos en liderar la Iglesia. El evento nacional le dio una “mirada al futuro” dijo el padre Tobin durante una entrevista el 2 de octubre.
Jacqueline Ortiz, nativa de Puerto Rico que es miembro de St. James en Elizabethtown, Ky, asistió al encuentro nacional. Dijo que fue afectada por la “fuerza” que la comunidad hispana representa en la Iglesia y cuánta “cultura” aportan a la Iglesia.
Ortiz mencionó durante una entrevista el 5 de octubre que ella cree que “de aquí en adelante va a haber un gran cambio” en la Iglesia.
“Solo es cuestión de tiempo antes de que veamos más representación hispana en todos los niveles de la Iglesia. Los latinos finalmente están siendo escuchados y considerados”, indicó Ortiz. “Estamos aquí y estamos dispuestos a servir y dar todo a la Iglesia”.
Ortiz dijo que el Encuentro nacional le dio “mucha energía para llegar a otros. Estoy tan apasionada de hacerles saber a los demás que hay una comunidad de personas que son humildes y temerosas de salir pero que tienen muchos dones que dar”.