Por Cindy Wooden
CIUDAD DEL VATICANO — El fin del acuerdo de la tregua temporal entre Israel y Hamás “significa muerte, destrucción y miseria”, dijo el Papa Francisco.
Después de recitar la oración del Ángelus el 3 de diciembre desde su residencia en el Vaticano, el Papa Francisco pidió que un asistente leyera sus comentarios expresando su tristeza por la reanudación de los combates en Tierra Santa el 1 de diciembre después de una tregua de una semana.
“Muchos rehenes han sido liberados, pero tantos están todavía en Gaza” en manos de Hamás, decía el texto del Papa. “Pensemos en ellos, en sus familias que habían visto una luz, una esperanza de abrazar de nuevo a sus seres queridos”.
Israel y Hamás habían acordado el alto el fuego temporal para permitir a Hamás liberar a los rehenes capturados en Israel el 7 de octubre a cambio de la liberación de los palestinos encarcelados en Israel. El acuerdo también permitía a las agencias de ayuda suministrar a Gaza alimentos, agua, medicinas y combustible.
“Hay mucho sufrimiento en Gaza; faltan productos de primera necesidad”, decía el texto papal. “Espero que todos los implicados puedan alcanzar un nuevo acuerdo de alto el fuego lo antes posible y encontrar soluciones distintas a las armas, tratando de tomar valientes caminos hacia la paz”.
El Papa Francisco también rezó por las víctimas de un atentado en el sur de Filipinas, donde una bomba explotó en una Misa celebrada el 3 de diciembre en un gimnasio de la Universidad Estatal de Mindanao en Marawi. Al menos cuatro personas murieron y alrededor de 50 resultaron heridas, con seis de ellas en estado crítico.
El mensaje del Papa expresaba su cercanía con “las familias y del pueblo de Mindanao, que ya ha sufrido tanto”.
Más tarde, el Vaticano hizo público el texto de un telegrama enviado en nombre del Papa a monseñor Edwin de la Peña, quien encabeza la prelatura de Marawi.
Firmado por el cardenal Pietro Parolin, secretario de estado vaticano, el telegrama decía que el Papa Francisco estaba “profundamente entristecido al ser informado de los heridos y la pérdida de vidas causadas por el atentado que tuvo lugar durante la celebración de la santa misa en la Universidad Estatal de Mindanao”.
Asegurando su cercanía espiritual a todos los afectados por la tragedia, el Papa se unió al obispo “en encomendar las almas de los que murieron a la misericordia amorosa de Dios todopoderoso, e implora los dones divinos de curación y consuelo sobre los heridos y los afligidos”.
“En oración para que Cristo, príncipe de la paz, conceda a todos la fuerza de apartarse de la violencia y vencer todo mal con el bien, Su Santidad imparte cordialmente su bendición como prenda de fortaleza y consuelo en el Señor”, dijo el mensaje.
