El siguiente artículo por el arzobispo Joseph E. Kurtz fue publicado for Alfa y Omega, una revista católica en España, en una historia acerca de personas con discapacidades. La historia original y otros artículos similares pueden encontrarse en https://www.alfayomega.es/Revista/2014/891/11_espania5.php.
Presidente de los obispos de EE.UU.: «No vamos a despacharlos como una carga»
Cada vida es un don de Dios. Y cada persona tiene un derecho fundamental a la vida, que no está limitado por la edad, el sexo, la localización, o la discapacidad. A veces se argumenta que el aborto está justificado porque un bebé quizá sufrirá una vida de dolor, discapacidad o privación, pero este razonamiento es abominable. Las personas así merecen nuestra compasión, ayuda, y justicia, no violencia. No debemos excusar nuestra indiferencia, miedo o deseo de evitar la dificultad como una forma de misericordia. Es matar; es violencia.
Yo mismo he tenido alguna experiencia con la discapacidad, ya que mi hermano Georgie tenía síndrome de Down. Después de la muerte de nuestra madre, me traje a Georgie a vivir conmigo y lo hizo durante 12 alegres años. Georgie nos aportaba, a mí y a todos los que lo conocían, una alegría, una amistad y un sentido de estar centrado tremendos. Lo he dicho antes, pero en el caso de mi relación con mi hermano, no es un cliché decir que he recibido mucho más de lo que he dado. Como las personas con discapacidad comparten sus dones y necesidades, sacan lo mejor de nuestra humanidad compartida y nos desafían a vivir el Evangelio.
Como familiares suyos y miembros de la sociedad, necesitamos asegurarnos de que sepan que no vamos a despacharlos como una carga, sino que serán valorados por su verdadera dignidad y valor como hermanos nuestros en Cristo.
Arzobispo Kurtz, Presidente de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos