By OSV News
WASHINGTON — El fin de semana del 7 y 8 de diciembre, los fieles tendrán la oportunidad de apoyar a los más de 20.000 hermanos, hermanas y sacerdotes de órdenes religiosas ancianos que han dedicado su vida al servicio de la Iglesia Católica a través de una colecta anual en beneficio de los religiosos jubilados en todo Estados Unidos.
Coordinada por la National Religious Retirement Office, o NRRO, esta colecta — que tiene lugar en las misas de fin de semana de las diócesis participantes — proporciona “a los institutos religiosos calificados ayuda financiera esencial para abordar las necesidades crecientes de sus miembros jubilados”, según un comunicado de prensa.
“Estos religiosos y religiosas que enseñaron en escuelas, sirvieron en ministerios parroquiales y en los servicios sociales de la Iglesia generosamente dedicaron su vida al prójimo, generalmente a cambio de poca o ninguna remuneración”, dice el comunicado, emitido por la Conferencia de Obispos Católicos de EE.UU. el 4 de noviembre. “A medida que envejecen, muchas comunidades religiosas enfrentan una gran brecha entre el costo de atención y los recursos disponibles”.
El creciente costo de la atención médica, junto con el hecho de que el número de religiosos de más de 70 años supera al de los menores de 70 por casi tres a uno han exacerbado el problema.
“En 2024, el 71% de las comunidades religiosas que brindan datos a la NRRO declararon una media de edad de 70 o más”, afirmó el comunicado de prensa.
La colecta se lanzó en 1988 para hacer frente a la falta de fondos de retiro para los miembros de las comunidades religiosas. En 2023, la colecta recaudó 29,3 millones de dólares, sin embargo, el costo anual del cuidado a los religiosos y religiosas jubilados supera los 1.000 millones de dólares, según la NRRO.
El costo anual promedio de los cuidados de cada religioso es de unos 59.700 dólares, y los cuidados de enfermería especializada elevan ese costo a una media de 90.700 dólares por persona. Mientras tanto, la prestación media anual del Seguro Social de un religioso es de sólo 8.551 dólares, dijo la NRRO.
“La dedicación abnegada de estos religiosos ha enriquecido innumerables vidas”, dijo el director de la NRRO, John Knutsen. “Su generosidad asegura que reciban la atención que merecen durante su jubilación. Apoyar a nuestros religiosos ancianos constituye una responsabilidad compartida y una oportunidad de expresar nuestra gratitud por su servicio de toda la vida. Al aportar al Fondo para la Jubilación de Religiosos nos aseguramos de que reciban la atención y la dignidad que se merecen, mientras también defendemos los valores de compasión y solidaridad dentro de nuestra comunidad de fe”.
La página web del Fondo para la Jubilación de Religiosos, retiredreligious.org, recoge las historias de religiosos ayudados por la colecta, entre ellos el padre Maury Smith, de 87 años, miembro de la Orden de Frailes Menores de San Luis, y la Hermana M. Stephanie Belgeri, de 72 años, miembro de las Hermanas de San Francisco del Mártir San Jorge de Alton, Illinois.
“Las donaciones son necesarias para tener el tipo de cosas ordinarias que muchos religiosos mayores necesitan en términos de comida, ropa y vivienda”, dijo el padre Smith. “Les debemos el cuidar de ellos. Quizá incluso más de lo que lo hemos hecho en el pasado. … Lo necesitan”.
El fraile ha sido director de retiros, educador universitario, párroco, personal provincial y coordinador del decanato de San Antonio, Texas, “enriqueciendo innumerables vidas al integrar la psicología y la teología en la espiritualidad contemporánea.”
Ejerce de director espiritual y escribe quincenalmente para Today’s Catholic, el periódico de la Arquidiócesis de San Antonio.
“Creo que estoy en mi octava carrera”, dijo. “Me encanta hacerlo y soy feliz”.
La hermana M. Stephanie, quien ingresó a su comunidad franciscana en 1970, ha sido enfermera y profesora y se ha dedicado a la atención pastoral. Pasó cuatro años y medio en Brasil, creando una fundación para su orden.
A su regreso a Estados Unidos, la hermana M. Stephanie fue directora de enfermería y posteriormente administradora del Hogar Madre del Buen Consejo, un centro de enfermería especializada de San Louis, hasta 2014.
El ministerio de la hermana M. Stephanie continúa en la jubilación, ya que gestiona la biblioteca de su comunidad religiosa y traduce documentos del inglés al portugués para las hermanas de la misión brasileña.
“Gracias a su generosidad, podemos ofrecer la mejor atención a las hermanas de nuestra comunidad”, dijo la hermana M. Stephanie sobre el Fondo para la Jubilación de Religiosos. “Sus aportaciones han permitido realizar mejoras, como la construcción de una enfermería, que garantizan el bienestar de nuestras hermanas”.
Desde sus inicios en 1988, la colecta ha distribuido más de 973 millones de dólares para apoyar el cuidado diario y los proyectos de autoayuda, así como programas educativos para la planificación del retiro a largo plazo.