Por Lise Alves, Catholic News Service
SAO PAULO — Muchos líderes eclesiásticos de América Latina que en el pasado se sintieron excluidos de las decisiones tomadas en los más altos niveles de la iglesia expresaron agradecimiento por la perspectiva que el papa Francisco ha llevado al Vaticano.
“Hay (ahora) una mayor comprensión de la iglesia latinoamericana”, dijo el obispo Miguel Olaortua Laspra de Iquitos, Perú. “Sabemos que él es uno de los nuestros, que él estaba en Aparecida, él conoce las muchas realidades y conoce muchas personas”, él añadió refiriéndose a la reunión del 2007 de los obispos de América Latina y el Caribe.
El pontificado de un año “ha sido una grata sorpresa debido al estilo de él y a su conocimiento de nuestro continente, así como las decisiones que ha tomado comenzando a reorganizar la Curia Romana”, dijo el obispo uruguayo Rodolfo Wirz Kraemer de Maldonado, presidente de la conferencia episcopal uruguaya.
“Él tiene la perspectiva de los países del supuesto Tercer Mundo”, añadió el obispo Wirz y señaló que esto también incluye un mayor interés en lo que está pasando en África y Asia. “Él insiste en conocer todo tipo de personas de todo el mundo y de todos los segmentos sociales. Él presiona adelante ese impulso misionero que se encuentra en el documento de Aparecida”.
“Lo que parece ser un lema para muchos es, para el papa Francisco, un programa para la evangelización… salirse de los muros de la iglesia y conocer el pueblo católico”, añadió el obispo. “Con sus acciones, y no solamente discursos, él nos da estos ejemplos”.
El obispo Guilherme Werlang de Ipameri, presidente de la comisión de justicia y paz de los obispos brasileños, dijo que el pontificado ha sido una “confirmación de que la iglesia latinoamericana es uno de los actores principales del Segundo Concilio Vaticano. Esto demuestra que nosotros, América Latina, como pueblo, tenemos valor, que necesitamos ser escuchados”.
Padre Mario Héctor Panetta, secretario general y canciller de la Arquidiócesis de Mendoza, Argentina, estuvo de acuerdo en que “aunque ha experimentado la realidad latinoamericana, no es probable que el papa Francisco se enfoque solamente en la región. Es probable que dé prioridad a las personas más pobres y uno puede encontrarlas en todas las regiones del mundo.
“Lo que es maravilloso es que el cardenal (Jorge) Bergoglio, el ahora papa Francisco, sigue siendo la misma persona, con el mismo impulso del Evangelio”, dijo el sacerdote. “Uno puede decir que él está enviando estas señales para llamar la atención, pero si uno mira más estrechamente su historia, su vida siempre ha sido guiada por el Evangelio”.
El padre vicentino Gabriel Naranjo Salazar, secretario general de la Confederación Latinoamericana de Religiosos, CLAR, dijo que “el papa Francisco insiste en una iglesia de los pobres, para los pobres”, reflejando fuertemente no solamente el espíritu del Segundo Concilio Vaticano, sino también “la opción preferencial y evangélica por los pobres”.
Padre Naranjo dijo que la gente se identifica con el mensaje del papa y con la reafirmación de él del Segundo Concilio Vaticano.
“Esto ha redespertado un sentido de pertenencia a la iglesia justo en un momento en que esta se veía seriamente amenazada por problemas resultantes de escándalos”, él dijo añadiendo que muchas personas están “restableciendo sus vínculos” con la iglesia, “incluyendo intelectuales, jóvenes y personas que se habían distanciado. Personas de otras religiones también sienten un espíritu de ecumenismo” en la Iglesia Católica ahora.
Nery Rodenas, director de la Oficina de Derechos Humanos de la Arquidiócesis de Guatemala, dijo que hay señales de mayores discusiones en el Vaticano respecto a los derechos humanos.
El papa Francisco “ha vivido en América Latina, donde las señales de violaciones de los derechos humanos fueron muy claras en décadas anteriores. Creo que como líder de la iglesia él impulsará una mayor discusión sobre esto”.
Las discusiones, dijo Rodenas, no solamente se referirán a los países donde ha habido claramente violaciones de los derechos humanos, sino también a los países donde hay condiciones para tales violaciones.
El cardenal Orani Tempesta de Río de Janeiro dijo que el papa Francisco “tiene una perspectiva latinoamericana para cuestiones universales”.
“Él menciona preocupaciones encontradas en todo el mundo y no solamente aquellas que conciernen a los católicos”, dijo el cardenal.
Muchos de los entrevistados por CNS enfatizaron que el estilo extrovertido del papa Francisco no debe verse como crítica a los líderes anteriores de la iglesia.
“No deberíamos compararlo con nuestro amado papa Benedicto XVI”, dijo el obispo Wirz. “Aunque ambos tienen personalidades distintas, ellos complementan entre sí… sus acciones deben ser vistas como un esfuerzo continuado”.
Pero no todos los católicos de América Latina son tan entusiastas con el primer año el papa Francisco. Según los resultados de una encuesta publicados por la difusora Univisión, el 23 por ciento de los respondedores mexicanos catalogaron al papa Francisco “mediocre” y otro 3 por ciento considera su ejecución “pobre”, el nivel más bajo que el de cualquiera de los 12 países encuestados.
Padre Hugo Valdemar Romero, portavoz de la Arquidiócesis de Ciudad de México, reconoció que el “afecto” por el papa Francisco ha sido menor en México que en otros países latinoamericanos. Él dijo que los católicos mexicanos todavía están fuertemente apegados al beato Juan Pablo II, quien visitó México cinco veces y ayudó a restablecer las relaciones entre el país y el Vaticano.
“La figura de Juan Pablo II sigue estando muy presente y es muy difícil de suplantar”, él dijo.
Algunos sacerdotes mexicanos dicen que la razón tiene más que ver con cuánto los obispos hablan del papa Francisco.
“Ellos hablan del papa Benedicto XVI, hablan del papa Juan Pablo II, pero no mencionan al papa Francisco”, dijo padre Raúl Martínez, director de ministerios sociales en la Diócesis de Valle del Chalco.