El arzobispo Shelton J. Fabre pidió a los miembros de las comunidades hispanas/latinas, que llenaron la Iglesia de Santa Rita el 3 de septiembre, que mantengan la emoción y la inocencia de un niño cuando se trata de asistir a Misa y recibir la Eucaristía.
Él celebró la Misa del IX Encuentro cuyo tema fue: La Eucaristía: El Banquete por Excelencia. Los participantes pasaron el día escuchando presentaciones y discutiendo la importancia de la Eucaristía.
El arzobispo comenzó su homilía llamando la atención de la congregación sobre el sexto capítulo del Evangelio de Lucas, donde Jesús es interrogado sobre el sábado. Para los católicos, dijo, el domingo es un día reservado para descansar y ofrecer culto a Dios. La gente se ha alejado de la tradición de guardar este día, indicó.
“El domingo es un día para que nos regocijemos en nuestra relación con el Dios vivo y nos unamos como una familia en la fe para celebrar la Eucaristía, que es la forma más elevada de culto que nosotros, como católicos, ejercemos”, dijo el arzobispo Fabre.
El arzobispo compartió una historia sobre un niño que era demasiado pequeño para asistir a Misa, pero que aún tenía la sensación de que su familia estaba participando en algo especial cuando salían cada domingo. El niño se molestaba cuando sus padres se iban.
“Si solo pudiéramos mantener ese tipo de inocencia de un niño con respecto a la participación en la Eucaristía. La fe de un niño que sabía que algo estaba sucediendo era especial y su familia asistía domingo tras domingo y anhelaba ser parte de eso”, dijo el arzobispo.
“¿Ustedes, mis hermanos y hermanas, recuerdan ese anhelo? … Esa es la inocencia infantil y la fe infantil que debe estar en el corazón de nosotros cada vez que nos acercamos a la Eucaristía”, mencionó.
El arzobispo señaló que la iglesia de los Estados Unidos lanzó recientemente el Avivamiento Eucarístico de tres años, una iniciativa nacional de los obispos de los Estados Unidos para aumentar la comprensión de la presencia real en la Eucaristía.
La iniciativa está destinada a avivar esa emoción infantil por la Eucaristía, dijo, para “recuperar la emoción de aquellos niños que, al recibir la Primera Comunión, están encantados de que finalmente puedan participar en la Eucaristía y recibir al Señor”, indicó.
El arzobispo Fabre agradeció a sus oyentes por su participación en el IX Encuentro, dijo que proporciona tiempo para examinar, fortalecer y acoger “el llamado al avivamiento eucarístico” y un “llamado a la fe eucarística renovada”.
Eva González, quien se desempeña como directora de la Oficina del Ministerio Hispano, dijo que este evento fue la pequeña contribución de la oficina a la iniciativa nacional sobre la Eucaristía.
“Es en la Eucaristía donde nos fortalecemos, y hoy en día algunos no creen en la Presencia Real”, indicó González durante una entrevista. “Es importante reunirse alrededor de la mesa Eucarística. Es importante que todos se unan como familias individuales y como una gran familia eclesial”.
Después de la Misa, los participantes pasaron el día escuchando presentaciones y participando en discusiones en grupos pequeños.
Una de las presentaciones fue dada por Oscar Castellanos, quien se desempeña como director de renovación parroquial en Marian University en Indianápolis.
Castellanos habló a los jóvenes adultos y familias sobre la importancia de la liturgia dominical y cómo superar algunos de los obstáculos que les impiden llevar el carácter sagrado de la Misa a los otros seis días de la semana.
La vida en el hogar, especialmente para las familias con niños, puede ser caótica, dijo durante una entrevista sobre su presentación.
“Podríamos pensar en la Misa como una cosa más en un horario”, dijo. “Si no tenemos una experiencia significativa el domingo, no podremos replicar eso durante la semana”.
Ofreció lecciones de la celebración de la Misa que son importantes para recrear en el hogar.
- La Misa es una comida. Las familias ya no disfrutan de las comidas, dijo. La hora de la comida es donde las familias pueden escuchar y compartir el compañerismo, donde cocinan juntos y limpian los platos juntos. Es la única oportunidad para que los niños compartan su día.
- Promover un sentido de lo sagrado. Creemos que el altar y el tabernáculo son lugares santos, dijo. “En realidad, la iglesia nos dice que la vida familiar es sagrada y que nuestros hogares son iglesias domésticas. Todo lo que hago en casa debe ser santo”, dijo Castellanos.
- Misión, ministerio y amor y servicio a los demás. En casa, “¿Cuáles son las tareas? ¿Cómo manifestamos que nos amamos unos a otros? Si no nos amamos y servimos unos a otros en casa, será difícil practicarlo” en otros lugares, mencionó.
- La escucha. “¿Cómo estamos fomentando una actitud de escucha en nuestra familia? ¿Qué estamos haciendo en la semana para asegurarnos de que estamos escuchando?”, cuestionó.
