Oradores: Maltrato, poca atención médica comunes en centros de detención

Por Julia Willis, Catholic News Service

VILLANOVA, Pennsylvania (CNS) — Aunque el número de migrantes centroamericanos que entran a Estados Unidos se ha reducido recientemente, miles continúan encarcelados en centros de detención en todo el país sin esperanza de excarcelación.

Después de ser atrapadas en la frontera Estados Unidos-México, familias con niños tan jóvenes como 12 días de nacidos han sido enviados a instalaciones que alojan cientos de personas durante largos períodos de tiempo y carecen de atención médica o psicológica adecuada.

Durante una conferencia realizada el 9 de abril en la escuela de jurisprudencia de la universidad Villanova, en Pennsylvania, varios oradores discutieron los derechos de los inmigrantes que entraron ilegalmente al país y las responsabilidades de los católicos de ayudarles.

Junto con Servicios Católicos de Socorro, la universidad reunió abogados de inmigración, empleados de Caridades Católicas, sacerdotes, profesores y niños migrantes para discutir las situaciones que enfrentan los inmigrantes después de entrar ilegalmente a Estados Unidos.

Carol Anne Donahue, abogada de inmigración y presidenta del Greater Reading Immigration Project, describió las preocupaciones éticas.

“El asunto ético número uno es que estamos deteniendo estas familias”, dijo Donahue. “Estos individuos están siguiendo nuestras leyes de asilo. Ellos se están presentando en la frontera, están escapando de una tremenda violencia y dejados sin más opción que venir acá y nuestra respuesta es tomar estas madres y niños y aprisionarlos. Podemos usar un lenguaje precioso, como ‘centro residencial’ y ‘refugio’, pero estamos encarcelando niños”.

Donahue y otros abogados de inmigración señalaron que las familias atrapadas en la frontera son canalizadas hacia uno de tres grandes centros de detención: Berks County Residential Center en Leesport, Pennsylvania; Karnes County Residential Center en Karnes City, Texas; o South Texas Family Residential Center en Dilley, Texas.

Aunque los inmigrantes atrapados entrando al país ilegalmente solían ser detenidos brevemente antes de encontrar parientes o amigos que patrocinaran su liberación, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas estableció en julio del 2014 una “política de no liberación” que ha dejado a algunas personas con múltiples parientes en Estados Unidos detenidos tanto tiempo como cuatro años.

Jacquelyn Kline, socia en el despacho legal de inmigración Cambria & Kline, argumentó que aunque los centros están equipados con personal médico el personal que trabaja con las familias detenidas está mal preparado para manejar los problemas médicos y psicológicos de ellos.

Kline contó sobre un niño de 2 años de edad que estuvo vomitando sangre durante días antes de ser llevado a un hospital cercano. Antes de eso, el personal recetó copiosas cantidades de agua para tratar sus síntomas.

“Su receta para todo es simplemente beber agua — agua caliente, agua fría, no importa. Eso es lo que se receta en estas instalaciones”, dijo Kline.

Jennifer Nagda, directora de normas para del Young Center for Immigrant Children’s Rights, dijo que en los centros de detención también hay “apoyo completamente inadecuado” para el tratamiento de salud mental y que muchos niños que llegan severamente traumatizados deterioran bajo custodia.

Bridget Cambria, abogada de inmigración que anteriormente trabajó como consejera de atención de refugio en el Berks County Residential Center, dijo que los migrantes pueden ser traumatizados aún más por eventos en las instalaciones de detención estadounidenses.

Cambria dijo que durante su tiempo en Berks un miembro del personal de 40 años de edad tuvo una relación sexual con una joven residente de 19 años de edad en “un caso institucional de agresión sexual”. Aunque muchos residentes estaban al tanto de la situación, ninguno lo dijo hasta que un niño se acercó a un escusado y fue testigo de un acto sexual.

“La razón por la cual nuestros clientes no nos dijeron que esto estaba pasando fue porque a los residentes se les dijo que todo el que supiera algo de eso sería deportado inmediatamente”, dijo Kline. “En muchas situaciones el personal de la instalación usa tácticas atemorizantes como una manera de controlar a los migrantes”.

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