By Maria del Pilar Guzman, OSV News
En un mundo gobernado cada vez más por dispositivos electrónicos como smartphones, computadoras portátiles, y tabletas, las redes sociales se han convertido en una presencia constante en la vida de los hijos, exponiéndolos a diversos tipos de contenido.
Lo cierto es que la tecnología llegó para quedarse, pero la propuesta que se presentó en el seminario web “¿Cómo Hacer para Que las Redes No Se Traguen a Nuestros Hijos?” fue de no demonizar su uso, sino de integrarla de manera saludable: de cómo gestionarla.
La conducción de la reunión virtual del miércoles 20 de noviembre estuvo a cargo de Enrique Soros, vicepresidente del Consejo Nacional Católico para el Ministerio Hispano (National Catholic Council for Hispanic Ministry, NCCHM), patrocinador principal de la velada, quien invitó a los participantes a reflexionar sobre cómo cultivar una “experiencia de libertad” en los hijos contribuye a que desarrollen “personalidad, que tengan capacidad de decisión, y la fuerza para hacerlo”.
Después de introducir el tema central del webinar, la pedagogía de la confianza, Soros cedió la palabra a Erika Cedeño, maestra de tecnología educativa en el Tecnológico de Monterrey en Guayaquil, Ecuador, y a la hermana de María de Schoenstatt Kathia Martínez, quien es licenciada en orientación familiar y asesora de familias en varias diócesis de su natal Paraguay.
“Todo lo que es tecnología y redes sociales fue creado para conectarnos”, afirmó Cedeño. “Sin embargo, hoy, con lo que ha resultado este efecto de las redes sociales, con la incursión en la tecnología desde muy temprana edad … podemos asegurar que estas (pantallas) son un dispensador automático de dopamina y distracción”, agregó.
Cedeño dijo que la situación es reflejada con un dato contundente: “Hoy, la Asociación Americana de Psiquiatría ya habla del Internet como una adicción. Es real esta enfermedad mental, que se llama adicción a la tecnología”.
Entre los efectos del abuso de la tecnología en la salud mental, ella citó la cero tolerancia al malestar, la necesidad constante de sentir, una sensación persistente de vació existencial, ansiedad, ciberacoso, y el acceso fácil a la pornografía.
La hermana Kathia, fortaleciendo la noción de que no se debe demonizar al uso de la tecnología, expresó: “Si queremos llevar al mundo a Dios … necesitamos una apertura, una soltura, un dominio sobre todo lo que actualmente nos rodea y forma parte de este mundo”.
Describiendo la pedagogía de la confianza como una “relación de intimidad y diálogo para captar los intereses del otro”, la hermana Kathia destacó la indispensabilidad de los vínculos familiares, ya que en ellos se crea un espacio único de confianza.
Sin embargo, ella explicó que para que se pueda establecer este vínculo, hay un proceso pedagógico de tres niveles: contacto, comunicación, y comunión.
Mostrar disponibilidad para el otro es clave para establecer una relación, aseguró la hermana Kathia, enfatizando que “sentarse es presencia, conversación, y eso no es preparar un sermón” sino tomarse el tiempo para hacerse preguntas como ¿Cómo son mis hijos? ¿Cómo está cada uno en este momento? ¿Cuál es el entorno de mi hijo?
En cuanto a cómo tratar el uso de los medios dentro de la relación entre padres e hijos, la hermana Kathia sugirió varios pasos, incluyendo dar a los hijos un espacio donde ellos puedan hacer el uso de dispositivos electrónicos; normalizar la tecnología en el hogar, integrándola en el resto de la educación de valores; y promover no solo el consumo de contenido en las redes, sino buscar formas de utilizarlas para el servicio de los demás.
Por su parte, Cedeño se valió de su experiencia como madre de tres adolescentes varones para expresar a la audiencia del webinar que la pedagogía de la confianza es de dos vías: “no solo se trata de cuánta confianza tenemos en nuestros hijos, sino de cuánta confianza ellos nos tienen”.
Cedeño relató que la clave en la relación de confianza que tiene con sus hijos yace en mantener una comunicación abierta. “Les he hablado siempre”, compartió, “Les cuento como me va en mi trabajo, les he contado cuál ha sido mi experiencia en mi juventud. Si tengo un conflicto, les digo, “Oigan, imagínense que me pasó esto””.
“Eso permite que ellos sientan una confianza plena conmigo y me encanta”, acotó.
Cedeño, quien también da charlas a padres sobre la tecnología y el uso de las redes sociales, señaló que la conexión digital puede ocasionar aislamiento y falta de comunicación, actitudes que se pueden contrarrestar alentando a los hijos a que tengan interacciones en persona y practiquen deportes.
“Una persona se desarrolla en la interacción social en persona”, afirmó, agregando que es en el hogar donde uno primero desarrolla sus habilidades interpersonales.
“Como te amaron, amas. Amas como has sido amado. Como te escucharon, escuchas. Como te enseñaron a comunicarte, te comunicas”, declaró.