Por David Agren
Catholic News Service
Un sacerdote en Ciudad de México ha sido arrestado por homicidio apenas una semana después de que él mismo celebrara una Misa fúnebre por la víctima.
El padre Francisco Javier Bautista fue arrestado el 19 de junio por funcionarios judiciales de Ciudad de México. Fue acusado por la muerte de Hugo Leonardo Avendaño Chávez, de 29 años, quien recientemente se había graduado de una universidad católica, había trabajado con el padre Bautista en la parroquia Cristo El Salvador y tenía aspiraciones de ser sacerdote.
El sacerdote, quien también sirvió como exorcista, está esperando un proceso penal ya en curso.
Los investigadores de Ciudad de México no dieron a conocer los motivos del asesinato, sin embargo, la procuradora local Ernestina Godoy dijo a reporteros que el caso no se trataba de un secuestro, como se reportó originalmente.
Avendaño fue encontrado asesinado el 13 de junio en el sur de Ciudad de México. La familia dijo que había ido a la parroquia Cristo El Salvador, donde trabajaba, tarde el 11 de junio y vio al padre Bautista.
Los dos hombres andaban juntos fuera de la parroquia, según imágenes de las cámaras de vigilancia.
La Arquidiócesis de Ciudad de México emitió un comunicado el 19 de junio, explicando que estaba siguiendo de cerca los acontecimientos –sin nombrar al sacerdote– y estaba cooperando con los investigadores.
“Al igual que el resto de la sociedad, la Iglesia Católica de la Ciudad de México espera y confía en que el trabajo de las autoridades encargadas de la investigación y de la procuración de justicia sea eficaz, riguroso, apegado estrictamente a derecho y respetuoso de las garantías y derechos humanos de las víctimas, sus familias y de quienes eventualmente sean imputados de alguna presunta responsabilidad”, dice el comunicado.
Los medios de comunicación en Ciudad de México informaron que el padre Bautista había celebrado la Misa fúnebre de Avendaño. Las televisoras mostraron al padre Bautista diciéndole a los reporteros: “De parte de nosotros como sacerdotes de la iglesia, se otorga perdón” por el crimen.
El crimen de Avendaño provocó un escándalo en Ciudad de México, donde la preocupación general por el crimen aumentó. Críticos del actual gobierno — el cual asumió el poder hace seis meses — usaron las recientes atrocidades como supuesta evidencia de ineptitud. La familia de Avendaño también declaró que recibió atropellos cuando se reportó el caso a las autoridades.
Los estudiantes de la universidad de Ciudad de México hicieron público un video tras la muerte de Avendaño y otro estudiante secuestrado y asesinado en junio, pidiendo justicia y diciendo: “Queremos ir a trabajar, estudiar, divertirnos y tener la seguridad de que vamos a regresar”.