Por Cindy Wooden
CIUDAD DEL VATICANO — Los cristianos deben rezar en Pentecostés para que el Espíritu Santo les dé el coraje y la fuerza para compartir el Evangelio, dijo el Papa Francisco.
“No importa cuán difícil sea la situación — y de hecho, a veces puede parecer que no deja espacio para el mensaje del Evangelio — no debemos rendirnos y no debemos renunciar a perseguir lo que es esencial en nuestra vida cristiana, es decir, la evangelización”, dijo el Papa el 24 de mayo, el miércoles antes de Pentecostés.
Utilizando el ejemplo de San Andrés Kim Tae-gon, el mártir coreano del siglo XIX, el Papa Francisco continuó su discurso semanal en la audiencia general sobre el “celo” por evangelizar.
Con miles de visitantes y peregrinos — incluyendo bandas, giradores de banderas y bailarines- reunidos en una soleada Plaza de San Pedro, el Papa introdujo su discurso sobre San Andrés señalando cómo el cristianismo fue introducido en Corea 200 años antes que San Andrew por laicos que habían oído proclamar el Evangelio en China y luego lo compartieron cuando regresaron a casa.
“Los laicos bautizados fueron los que difundieron la fe. No había sacerdotes”, dijo el Papa. “¿Seríamos capaces de hacer algo así?”.
Ordenado en 1844, San Andrés Kim Tae-gon fue el primer sacerdote nacido en Corea y ejerció su ministerio en una época de persecución anticristiana.
El Papa Francisco contó la historia de cómo, cuando el santo era aún seminarista, fue enviado a recibir a unos misioneros que se colaban en el país desde el extranjero. Después de caminar mucho por la nieve, “cayó al suelo exhausto, corriendo el riesgo de perder el conocimiento y congelarse allí. En ese momento, oyó de repente una voz: “¡Levántate, camina!””.
“Esta experiencia del gran testigo coreano nos hace darnos cuenta de un aspecto muy importante del celo apostólico: a saber, el valor de volver a levantarse cuando uno se cae”, dijo el Papa.
“Cada uno de nosotros puede pensar: ‘Pero, ¿cómo puedo evangelizar?”, dijo. Siguiendo el ejemplo de los “grandes” de la historia de la evangelización, cada cristiano puede encontrar la manera de dar testimonio del Evangelio — “hablar de Jesús” — en su familia, entre sus amigos y en su comunidad local.
“Preparémonos para recibir el Espíritu Santo este próximo Pentecostés, y pidiendo esa gracia, la gracia apostólica y el coraje, la gracia de evangelizar, de llevar siempre adelante el mensaje de Jesús”.
