
Por Simone Orendain, OSV News
El presidente del Comité de Actividades Pro-Vida de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos elogió la aprobación, el 23 de enero, de un proyecto de ley por parte de la Cámara de Representantes que exigiría atención médica que salve vidas de los niños nacidos que sobreviven intentos de aborto.
Sin embargo, el obispo Daniel E. Thomas de Toledo, Ohio, quien preside el Comité de Actividades Pro-Vida de la conferencia episcopal (conocida como USCCB, por sus siglas en inglés), también condenó el “asombroso fracaso” del Senado de Estados Unidos al no aprobar un proyecto de ley similar el día anterior.
El Proyecto de Ley 21 de la Cámara, conocido como Ley de Protección de Sobrevivientes de Abortos Nacidos Vivos, establece que “si un aborto resulta en el nacimiento vivo de un infante, el infante es una persona legal para todos los fines bajo las leyes de los Estados Unidos y tiene derecho a todas las protecciones que resultan de dichas leyes”.
El proyecto de ley estipula que los profesionales de la salud están obligados a brindar a los sobrevivientes de un intento de aborto la misma atención médica que a cualquier otro infante nacido mediante un parto regular. También deben transportar y admitir de inmediato a estos niños en hospitales. Además, el personal médico está obligado a informar a las autoridades federales o estatales si tiene conocimiento de que alguien incumple con lo establecido en el proyecto de ley.
“La Cámara de Representantes tomó una acción decisiva para proteger a niños inocentes del infanticidio”, señaló el obispo Thomas en un comunicado emitido el 23 de enero.
“Los recién nacidos están siendo dejados morir tras abortos fallidos, negándoles atención y compasión humana básica. Es un asombroso fracaso del Senado rechazar esta legislación necesaria y de sentido común, que, en realidad, ni siquiera limita el aborto, sino que protege a los infantes que nacen vivos”, agregó.
En una carta del 21 de enero instando a los legisladores a votar a favor de esta legislación protectora, el obispo Thomas abogó por los niños que sobreviven intentos de aborto, pero no reciben atención médica.
“Los riesgos trágicos no son teóricos. Años de testimonios ante legislaturas, grabaciones francas, y más han pintado un cuadro espeluznante de niños, intentando vivir, siendo abandonados para morir en bolsas o armarios”, afirmó.
El representante estadounidense Chris Smith, republicano de Nueva Jersey, católico, y presidente del Caucus Pro-Vida del Congreso, expresó durante el debate previo a la votación: “Esta es una legislación humana, a favor de los niños y de los derechos humanos, y espero que mis colegas del otro lado reconozcan que estos niños tienen un gran valor y no deberían ser tratados como desechos”.
El proyecto de ley de la Cámara fue aprobado con 217 votos a favor y 204 en contra, después de dos votaciones. El 22 de enero, los demócratas del Senado bloquearon la versión del proyecto de ley en esa cámara, que incluye sanciones de multas y hasta cinco años de prisión por no cumplir con sus disposiciones. No avanzará más debido a que la votación de 52-47 no alcanzó los 60 votos necesarios para su aprobación.
Antes de la votación, cuatro senadores demócratas expresaron su oposición al proyecto en una conferencia de prensa, argumentando que convertiría el aborto en un tema federal, sustrayéndolo de la jurisdicción estatal. Subrayaron que el aborto es un tema que el expresidente Donald Trump, durante su campaña, declaró que debería dejarse en manos de los estados.
La senadora Patty Murray, demócrata de Washington, declaró: “Seamos claros, ya es ilegal matar a un infante. Lo sabemos. Sugerir lo contrario es una difamación deliberada e insensible contra proveedores y pacientes que se encuentran en situaciones desgarradoras y traumáticas”.
Los senadores citaron estadísticas de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (o CDC, por sus siglas en inglés) que muestran 143 muertes resultantes de abortos fallidos entre 2003 y 2014.
El obispo Thomas mencionó las mismas estadísticas en su carta, pero también aclaró que el Centro Nacional de Estadísticas de Salud de los CDC había señalado que esta cifra probablemente está subestimada debido al lenguaje “ambiguo” en las descripciones de las causas de muerte reportadas.
Un estudio en Canadá, publicado en el American Journal of Obstetric Gynecology en 2024, encontró que durante un período de 22 años (1989-2021), de los 13.777 abortos realizados entre las semanas 15 y 29 de embarazo, el 11% resultó en nacimientos vivos.