Por Catholic News Service
LOS ÁNGELES — Siguiendo las nuevas normas del estado de California para detener el aumento de casos confirmados de coronavirus, la Arquidiócesis de Los Ángeles anunció el 13 de julio que suspenderá las misas y otros servicios litúrgicos en el interior de las iglesias, efectivo de inmediato.
“Las misas y otros servicios litúrgicos al aire libre tales como la adoración y los servicios de oración son permitidos y animamos a que los hagan”, según un comunicado de prensa arquidiocesano. “Las parroquias pueden continuar realizando confesiones, primeras comuniones, confirmaciones, funerales y bodas al aire libre en áreas parroquiales”.
“Todos los parroquianos y visitantes deben usar mascarilla y mantener la distancia social incluso al aire libre”, agregó.
Los tres condados que conforman la Arquidiócesis de Los Ángeles — Los Ángeles, Ventura y Santa Bárbara — están entre los 30 condados que deben suspender las actividades en el interior de restaurantes, viñedos, salones de degustación, cines, centros de entretenimiento para las familias, zoológicos, museos, salas de juegos y todos los bares — dijo el gobernador de California Gavin Newsom en una disposición emitida el 13 de julio.
Estos 30 condados, los cuales representan el 80% de la población del estado, también están obligados a suspender las operaciones dentro de gimnasios, lugares de culto, oficinas de rubros que no son esenciales, peluquerías y centros comerciales techados.
Ángelus, la revista informativa virtual de la Arquidiócesis de Los Ángeles reportó que “un correo electrónico enviado el lunes por la noche (13 de julio) a los párrocos de los condados Los Ángeles, Ventura y Santa Bárbara… calificó las restricciones de ‘desalentadoras y decepcionantes’ pero también mencionó la importancia de la seguridad pública”.
“Las parroquias en la arquidiócesis recién estaban empezando a reabrirse al público siguiendo un plan de reapertura en etapas el mes pasado, luego de estar cerradas por más de dos meses debido a la pandemia del coronavirus”, según un artículo de la publicación Ángelus.
“Esas normas requerían que las parroquias aplicaran varias medidas de prevención sanitarias y de seguridad, incluyendo no permitir más de 100 personas en los servicios”.
El comunicado arquidiocesano también mencionó que las directrices de Newsom incluyen el cierre de las oficinas parroquiales al público.
“Los párrocos pueden permitir en la oficina un número mínimo de empleados parroquiales indispensables para seguir operando, siempre y cuando se mantenga la distancia social. Las parroquias han seguido sirviendo a sus comunidades ofreciendo misas en internet y muchos servicios sociales necesarios, tales como bancos de comida y distribución de comida servida a las comunidades en necesidad”.
Según un artículo del periódico USA Today del 14 de julio, casi la mitad de los estados están reportando “un aumento de casos a un ritmo más acelerado del que tenían en la primavera”: Alaska, Arizona, California, Florida, Georgia, Idaho, Missouri, Montana, Nevada, Oklahoma, Oregón, Sur Carolina, Tennessee, Texas, las Islas Vírgenes de EE.UU., Utah, West Virginia y Wyoming.
El obispo Edward J. Weisenburger de Tucson, Arizona, anunció el 1 de julio que debido al aumento en el número de casos, “nuestras parroquias ya no permanecerán abiertas al público”.
“Mi esperanza es que esta suspensión sea breve, pero es nuestro deber hacia nuestros empleados de la salud –así como por los más vulnerables de nosotros– tomar esta medida temporal”, explicó el obispo Weisenburger. “En este momento estamos retomando los protocolos que estábamos siguiendo justo antes de la reapertura de nuestras parroquias”.
Según la Universidad Johns Hopkins, para el 14 de julio, EE.UU. había sobrepasado los 3.3 millones de casos con más de 136,000 muertes. A nivel global, ha habido 13.1 millones de casos y más de 574,000 muertes.