Por Cindy Wooden
CIUDAD DEL VATICANO — Al decir que no quería acelerar el proceso de discernir cómo el Espíritu Santo está llamando a la iglesia a crecer en “sinodalidad”, el papa Francisco anunció que la próxima asamblea del Sínodo de los Obispos se llevaría a cabo en dos sesiones.
La asamblea del sínodo — que tiene una mayoría de obispos como miembros votantes — se reunirá del 4 al 29 de octubre de 2023, como se había anunciado previamente, expresó el Santo Padre. Sin embargo, la asamblea también tendrá una segunda sesión en octubre de 2024.
El papa Francisco hizo el anuncio el 16 de octubre al final de su discurso del Ángelus; él se había reunido con el liderazgo del sínodo el 14 de octubre.
El papa y los obispos locales iniciaron el proceso de escucha y discernimiento para el “Sínodo sobre la sinodalidad” en octubre de 2021, y se espera que para noviembre la secretaría del sínodo publique un documento de trabajo para las asambleas continentales.
Después de que 112 de las 114 conferencias episcopales en el mundo enviaran una síntesis de lo que surgió en las sesiones de escucha en sus países, el Sumo Pontífice manifestó que “los frutos del proceso sinodal en curso son muchos, pero para que lleguen a su madurez plena, es necesario no apresurarse”.
“Para tener un período de discernimiento más relajado”, anunció el papa, “he establecido que esta asamblea sinodal se llevará a cabo en dos sesiones” en lugar de la prevista originalmente.
“Confío en que esta decisión promueva la comprensión de la sinodalidad como una dimensión constitutiva de la iglesia y ayude a todos a vivirla como camino de hermanos y hermanas que proclaman la alegría del Evangelio”, dijo el papa Francisco a miles de personas reunidas en la Plaza de San Pedro para el rezo del Ángelus dominical.
El sitio web de la secretaría del sínodo describe la sinodalidad como un estilo visto en la vida y misión de la iglesia que refleja su naturaleza como “el pueblo de Dios caminando juntos y reunidos en asamblea, convocados por Jesús, el Señor, en el poder del Espíritu Santo para proclamar el Evangelio”.
Si bien no implica que todos tengan voto sobre los problemas que enfrenta la iglesia, sí significa que todos los miembros de la iglesia, ordenados o laicos, tienen la responsabilidad de contribuir a la misión de la iglesia y orar, ofrecer sugerencias, y participar en discernir la voz del Espíritu Santo.
Un comunicado de la secretaría del sínodo del 16 de octubre dijo que la decisión del papa Francisco de agregar una segunda asamblea “proviene del deseo de que el tema de una ‘iglesia sinodal’, por su amplitud e importancia, pueda ser objeto de un discernimiento prolongado no solo por los miembros de la asamblea sinodal, sino por toda la iglesia”.
Aunque no contó con las mismas sesiones de escucha generalizadas y de base, las deliberaciones del Sínodo de los Obispos sobre los desafíos y alegrías que enfrentan las familias también se reunieron en dos sesiones. Primeramente, el papa Francisco convocó en 2014 una “asamblea general extraordinaria” sobre “los desafíos pastorales de la familia en el contexto de la evangelización”. Luego, utilizando el informe final de la reunión de 2014 como esquema, la asamblea general ordinaria del Sínodo de los Obispos se reunió en 2015 para analizar “la vocación y la misión de la familia en la iglesia y el mundo contemporáneo”.
El cardenal Lorenzo Baldisseri, entonces secretario general del sínodo, escribió a las conferencias episcopales en ese momento explicando que “las dos asambleas sinodales, compartiendo el mismo tema de la familia, se vuelven parte de un solo proceso sinodal, que incluye no solo la dos fases celebrativas, pero también el tiempo intermedio entre los sínodos, un tiempo para reflexionar sobre la reacción al primer sínodo y para hacer un examen teológico completo de la actividad pastoral de la iglesia a la luz del siguiente”.