La vida es corta; así pues, empiecen ustedes a perdonar y a resarcir daños, les dice el papa a los sacerdotes

Por Carol Glatz, Catholic News Service

CIUDAD DEL VATICANO (CNS) — Por medio de la misericordia reconocemos que la vida es corta y que se necesita hacer tanto bien que no hay tiempo que perder para empezar a resarcir los daños, les dice el papa Francisco a los sacerdotes.

“Por eso es tan importante que perdonemos completamente ” y que abandonemos la paralizante compasión propia a fin de que permitamos que la misericordia empiece “a obrar ” y se puedan resarcir los daños cometidos, dijo el papa en un retiro dirigido a algunos clérigos.

Y no es que por medio de la misericordia pasemos por alto los daños causados por el pecado; “en lugar de eso, se le quita el poder que el mal tuviera sobre el futuro. Se le quita al mal su poder sobre toda la vida”.

El papa Francisco llevó a miles de hombres a un retiro espiritual a Roma para ayudarles a sacerdotes y seminaristas a adquirir un mejor entendimiento del papel propio que la misericordia debe tener en la vida de cada uno de ellos y en su ministerio. El propósito, dijo el papa, fue el de que los sacerdotes estén listos a recibir la misericordia para que puedan dar mayores pruebas de ella.

Durante el transcurso del día 2 de junio, el papa dirigió tres meditaciones por separado, con duración de cerca de una hora cada una, en tres de las cuatro basílicas de Roma: San Juan Laterano, Santa María la Mayor y San Pablo extra muros. Y los clérigos pudieron seguir las lecturas y reflexiones a pesar de que se encontraran en diferentes lugares, gracias a enlaces de video en vivo.

Y en la explicación inicial de cómo funcionan los ejercicios espirituales, siguiendo la pauta impuesta por San Ignacio de Loyola, el papa, quien ha pertenecido a la orden de los jesuitas, se disculpó por utilizar “un apoyo de familia”. Y dijo que cuando uno guía la oración personal con la espiritualidad ignaciana se le permite “sentir y saborear las cosas de Dios ” de manera profunda dentro de nosotros mismos. Se anima a uno hacia la acción y conversión, sintiendo primero y siendo impulsados por lo que Dios dice o muestra.

El papa apareció sentado a una sencilla mesa de madera, junto con una botella de agua y un vaso. Y su primera meditación, en San Juan Laterano fue escuchada por sacerdotes diocesanos y religiosos y seminaristas y personal que trabaja en la Curia Romana.

El papa Francisco dijo que debido a que el amor de Dios y su misericordia no tienen límites, los sacerdotes deben de aspirar por los lugares más áridos y secos que más necesiten de esta agua que da vida; y todo lo explicó a base de anécdotas coloridas y ejemplos vívidos de experiencias personales. “¿Cuáles son las heridas que necesitan este precioso bálsamo? ¿En dónde está el sentido de abandono que clama por atención amorosa?”

Y el papa explicó que el paso y cambio de un alejamiento a una cercanía se inicia con un claro reconocimiento de los propios pecados y el sentimiento de culpa y vergüenza, que conduce a un sentimiento doloroso de “nostalgia”, la cual impulsa al hijo extraviado a que regrese a la casa paterna.

Y haciendo referencia a la parábola del hijo pródigo, el papa dijo que cuando el hijo regresó a la casa, el padre restauró en el joven la dignidad, a pesar de su naturaleza pecaminosa.

El sentimiento contradictorio de culpa y vergüenza puede allegarse a los sacerdotes “cuando la gente les besa la mano y nosotros dirigimos nuestra mirada hacia nuestras miserias más íntimas, mientras recibimos honra del pueblo de Dios”, dijo.

“Y esta es la manera en la que nos vemos a nosotros mismos: colocados entre nuestra vergüenza más grande y nuestra sublime dignidad”; pecadores y egoístas, pero limpios y escogidos para alimentar el rebaño de Dios y multiplicar sus gracias.

“Solamente por medio de la misericordia esta situación se vuelve soportable ” para mantener ambos extremos en equilibrio, dijo, y estimula el deseo de resarcir daños.

Y de manera improvisada, el papa les dijo a los sacerdotes que tuvieran cuidado de la manera en la que hablan y que nunca se refieran a personas individuales como “caso especial”.

“Sin darnos cuenta, podríamos decir: ‘Tengo un caso …’ Lo siento, (pero uno quiere decir) ‘Tengo una persona …’ Y esto es muy clerical”, dijo, admitiendo que “esto hasta a mí me ha sucedido con frecuencia”.

Tal lenguaje separa al pastor de la persona y así “no me tocan y yo no me ensucio las manos. Y después me dedico a llevar ‘un limpio’, ‘elegante’ ministerio pastoral en donde no corro riesgo alguno”.

Al medio día, el papa se dirigió a Santa María la Mayor, en donde depositó un ramo de rosas rojas y rezó frente a la famosa imagen de la Virgen María en la basílica, conocida bajo la advocación en latín de “Salus Populi Romani” (Salud del pueblo romano).

Y allí, sacerdotes italianos y seminaristas de fuera de Roma reflexionaron sobre una conversión hacia María para tener el valor de seguir su ejemplo. María le demuestra a los pueblos que “la única fuerza capaz de ganar el corazón humano es la ternura de Dios”, dijo el papa Francisco. María recrea un lugar que es “invitador y nada comparable a un tribunal u oficina”.

“A menos que podamos ver los sufrimientos y reconocer las necesidades del pueblo, no tenemos nada que ofrecerles”, dijo el papa.

El papa les dijo a los sacerdotes que “casi todos los grandes santos eran grandes pecadores ” o que por lo menos tuvieron la humildad de reconocer que “era por pura gracia divina ” que habrían podido evitar los peores pecados.

En la basílica de San Pablo extra muros, el papa Francisco dijo que el cuidado hacia los pobres y enfermos era el sello distintivo de la iglesia.

Cuando se trata de los pobres, la iglesia “siempre ha seguido las mociones del Espíritu”. Y dijo que la gente le puede perdonar a un sacerdote sus pecados “pero menos su apego al dinero”.

“Y esto no tiene mucho que ver con el dinero en sí mismo, sino con el hecho de que el dinero nos hace perder el tesoro de la misericordia. La gente puede detectar cuáles son los pecados sobresalientes de un sacerdote y su ruina, los pecados que matan su ministerio pues lo convierten en burócrata o, todavía peor, en mercenario”, dijo.

El papa hizo énfasis sobre el confesionario, en donde el sacerdote puede ser instrumento que le permita a la gente tener una genuina experiencia “del misericordioso amor de Dios por el pecador”. Y también les aconsejó que aprendan de los grandes confesores, que les ayudaron a los penitentes a corregir sus yerros y que son moderados con los pecadores, sin actuar como “burócratas o jueces ” que solamente “ven ‘casos’ con los que tienen que lidiar”.

“Esto es la clave de nuestro juicio: que tratemos a otros con dignidad, que no los disminuyamos o maltratemos, que los ayudemos a levantarse y que nunca olvidemos que el Señor nos utiliza, débiles como somos, como su instrumento”, dijo.

The Record
Written By
The Record
More from The Record
Catholic students give back to others
As Christians prepare to celebrate the birth of Jesus Christ, young people...
Read More
0 replies on “La vida es corta; así pues, empiecen ustedes a perdonar y a resarcir daños, les dice el papa a los sacerdotes”