Cada Cuaresma una de mis grandes tareas para atender las necesidades pastorales de la Arquidiócesis es prepararme para los cambios de sacerdotes. Es además una de las tareas más difíciles de un arzobispo, tanto por el efecto que tales cambios tienen en un sacerdote como por
Recuerdo mi primer cambio de asignación, el cual apenas sucedió cinco meses después de que fui ordenado al sacerdocio en 1972. Nuestra clase fue ordenada en marzo, y yo estaba complacido de ser asignado como pastor asociado de una parroquia en donde había servido el verano pasado como diácono. Era una asignación perfecta. Todavía pienso que la idea de continuar en la parroquia en donde uno sirvió como diácono es una gran idea para el sacerdote recién ordenado.
Imaginen mi sorpresa y hasta el shock cuando en aquel junio recibí una carta del obispo que me designaba para otra parroquia. Recuerdo llamando a la cancillería y recibiendo una respuesta amable de las necesidades pastorales que la otra parroquia requería, y el obispo agradeció mi generosidad. Ahora sonrío al reflexionar en todas mis tareas durante estos 47 años. Cada una ha sido una gran aventura y maravillosa oportunidad para aprender, servir y acercarme más a Cristo y a la gente que Él me ha llamado a servir. En aquel tiempo, este primer cambio de asignación fue un gran ajuste para mí. Aprendí que aunque la estabilidad es importante, a veces las circunstancias pastorales requieren que los obispos hagan cambios inesperados.
Eso me lleva a este verano. Los sacerdotes han entregado sus formas de corresponsabilidad expresando sus pensamientos y deseos. Los miembros electos de la Junta de Personal de Sacerdotes han asistido a nuestro Vicario para Sacerdotes, el padre Jeff Shooner, en su tarea de recomendarme cambios y ha habido reuniones en donde he participado todo el año al buscar las mejores decisiones sobre las nuevas asignaciones.
Este verano estará lleno de retos y bendiciones. Cinco pastores estarán completando su servicio como pastor. Me resisto a llamar a estos sacerdotes “retirados”, ya que muchos sirven inclusive con más energía después de “retirarse”. Les doy las gracias por esto.
Los cinco pastores que están completando su servicio como pastores son los padres: Pat Dolan, Pepper Elliott, Tony Smith, Bob Stuempel y Dick Sullivan, todos ellos finos sacerdotes que no serán fáciles de reemplazar. La buena noticia: hay 10 sacerdotes que vienen a la Arquidiócesis este verano. Por supuesto, tres serán nuestros diáconos en transición, Tony Cecil, Kirby Rust y Steven Reeves que serán ordenados al sacerdocio el 25 de mayo. Además, dos hijos de la Arquidiócesis que han sido ordenados por comunidades religiosas están discerniendo un posible regreso a la Arquidiócesis como clero diocesano y tienen el permiso de sus superiores para explorar este cambio. El padre Scott Murphy que es un Legionario de Cristo creció en la parroquia St. Rosa en Springfield y el padre Richard Goodin, un franciscano, es de la parroquia St. Augustine en Lebanon. Ambos ya han comenzado a ayudar en parroquias de la Arquidiócesis.
Además, esperamos pronto dar la bienvenida a dos sacerdotes de la Arquidiócesis de León en México que continuarán el trabajo del padre Carlos Conde y del padre Ismael Hernandez que completaron sus tres años de servicio el verano pasado y regresaron a su hogar diocesano.
También esperamos dar la bienvenida a dos Frailes Franciscanos Conventuales de la India que vendrán pronto a trabajar en parroquias y vivir en el Ashram (rectoría antigua) en la parroquia de Holy Family.
Finalmente, el padre Benni Pengiparambil, CMI, se unirá a nosotros y comenzará sus estudios para una MBA en Bellarmine University para un regreso eventual de servicio en la India.
Por favor oren por nuestros cinco sacerdotes que se retiran y que han servido con gran distinción al tiempo que también oran por los nuevos sacerdotes que llegarán, ya sea por el Sacramento del Orden Sacerdotal o por asignación de sus superiores. En todos los casos, buscamos servir las necesidades pastorales de la Arquidiócesis y beneficiarnos de la riqueza que cada uno traerá consigo.
