Esperanza en El Señor — Pasar el tiempo y la nueva evangelización

Arch.J.Kurtz.Headshot.RGB.09-10Arzobispo Joseph E. Kurtz

La semana anterior a la Navidad, visité a cinco sacerdotes en Nazareth Home y ¡fue sorprendente el encontrar que me llevó dos horas! ¡Fue encantador! Pasar el tiempo parece que siempre tiene un efecto.

Como sociedad, parece que ya no pasamos mucho el tiempo. Somos rápidos, eficientes y llenos hasta el cuello.

Crecí pasando el tiempo. Claramente simbólico y lleno de grandes memorias estaba nuestro pórtico delantero en el verano. Cuando Ud. vive en una casa seguida de más casas, como la mayoría de las familias en el noroeste de mi pueblo minero de carbón en Pensilvania, el pórtico delantero era el centro de las tardes del verano. Nos reuniríamos en la calle Mahoney delante de nuestro frente de 11 pies y medio de ancho así que nuestra sala parecía extenderse hasta la calle.

Mi mamá y mi papá se sentarían en las sillas de nuestro pequeño pórtico, y muchos de los amigos de pesca de mi papá vendrían a platicar con ellos y con los vecinos que tuvieran pórticos similares y solo una barda angosta separando nuestras propiedades. Durante este tiempo de ocio, uno de esos amigos (que me parecía muy mayor pero que estaría entre sus 30 ó 40 años) se uniría a los niños a aventar la pelota de futbol americano a media calle. Era muy divertido. Y cuando oscurecía, estaríamos listos para ir a la cama – especialmente en el verano cuando sabías que podías levantarte a la mañana siguiente y hacer lo que quisieras ¬– no había escuela ni tarea. ¡Solo pasábamos el tiempo!

Cuando visité a los sacerdotes en Nazareth Home, me quedé a pasar el tiempo. Comenzó como un típico día agitado cercano a Navidad con una Hora Santa en casa, reuniones en la mañana aunadas a correo, correos electrónicos y tarjetas de Navidad por abrir. Al mediodía, tuvimos un gran almuerzo de Navidad con la familia de la Cancillería.

Este fue especial porque nuestra Vice-Chancellor, Norma Merrick, nos pidió desempolvar nuestras fotografías de bebés y traerlas para adivinar quién era quién. (Yo tenía dos o tres años en mi foto; también aparecía mi mamá y mi hermana mayor Rose en el pórtico trasero conmigo haciendo equilibrio sobre la barda). El ritmo del almuerzo estuvo bien y creo que pasamos más el tiempo con cada uno que en el pasado.

Después fui al Passionist Monastery para una Hora Santa de adoración y confesión. Es el tercer año de esta práctica. En la cuaresma, los padres Dominicos de St. Louis Bertrand invitan a sacerdotes diocesanos a un almuerzo, seguido de una Hora Santa y confesiones, y en el Adviento, los Pasionistas en Newburg Road son los anfitriones de este evento.

El Sacramento de la Reconciliación requiere además un poco de pasar el tiempo. Para confesar sus pecados, Ud. necesita hacer un alto y reflexionar, lo cual requiere esa pausa de oración que siempre disfruto. Por alguna razón, especialmente disfruto haciendo esto en la Iglesia con otros presentes. No se intercambian palabras, pero una comunidad de debilidad viene a ser confesada. Es grandioso y es una forma de pasar el tiempo.

Posteriormente, viajé a Nazareth Home sin nada en mi agenda para las próximas dos horas. Estaba completamente libre para pasar el tiempo hasta que los sacerdotes a los cuales estaba visitando quisieran y no me encontré decepcionado. Al visitarlos, experimenté una riqueza en mi memoria que me recordó mis días como sacerdote de una parroquia cuando pasaba el tiempo en un cuarto de hospital o en el asilo de ancianos, y esas visitas eran parte de mi agenda. ¡Qué hermosas fueron esas experiencias!

Cada una de mis visitas a los cinco sacerdotes fue única y agradable. Relaté un poco acerca de lo que he estado haciendo, pero sobre todo de manera deleitante, abrimos uno o dos capítulos de sus vidas. Tenemos grandes hombres llamados al sacerdocio, y cada uno es único e interesante. Pasamos el tiempo. Como diseñado por Currier e Ives, esas dos horas fueron interrumpidas por visitas de las Girl Scouts de St. Francis of Assisi que con sus finos líderes se encontraban ahí para cantar. Creo que nos cruzamos cuatro veces en el camino en esas dos horas.

A principios de mi sacerdocio, trabajé con una Trinitarian Sister, Francis Regis. Nunca olvidaré sus historias acerca del pastor en la parroquia donde ella sirvió como directora. El fumaba un cigarro grande, y cada semana ocurría el mismo ritual. El vendría a su oficina y tomaría asiento cerca de su escritorio, daría dos o tres fumadas a su cigarro, pausaría, y diría: “Ahora, Hermana Francis, dígame, ¿cómo le va esta semana?” ¡Realmente estaba pasando el tiempo! Sabía que ella me decía esta historia para que el joven sacerdote que yo era – impulsivo, tipo A, trabajador social – no se olvidara de la importancia de pasar el tiempo.

Cristo viene a aquellos que pasan el tiempo, y también la nueva evangelización nos invita a pasar tiempo con cada uno de nosotros en el nombre de Cristo.

Horas Santas

La nueva evangelización también nos llama a “orar primero”, así que he programado una serie de Horas Santas Eucarísticas por la Vida, Matrimonio y Libertad Religiosa durante los siguientes seis meses. Cada evento cuenta con Misa, seguida de una Hora Santa un sábado por la mañana. Puede encontrar el horario en www.archlou.org/liberty. Por favor únase a mí en oración por los esfuerzos a reconstruir una cultura favorable por la vida y el matrimonio y por el aumento de protección a la libertad religiosa.

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