Esperanza en El Señor — Flannery en el festival del cine en Louisville el 16 de septiembre

Archbishop Joseph E. Kurtz
Archbishop Joseph E. Kurtz

Recientemente vi el documental de 60 minutos de duración del 2015 sobre la vida de Flannery O’Connor titulado “Uncommon Grace”. Debo admitir ser un gran fan de Flannery. Aquellos que conocen su manera gótica sureña de escribir comprenden la atracción de sus descripciones vívidas, su forma de transmitir el humor que lo hace a uno reírse fuerte, y su extraña habilidad para los finales sorpresivos. Todas estas cualidades aparecen en el documental de una manera clara, convincente e interesante.

Lo que realmente me hace querer promover la proyección de la película en el Festival del Cine Internacional en Louisville el sábado, 16 de septiembre (2:15p.m. en el Muhammed Ali Center) es la manera única en que Flannery O’Connor vivió su fe católica – entre los gigantes literarios de su época – sin disculpas. En una época en que nuestra cultura nos tienta a escoger entre la fe y la razón o entre la creencia y la ciencia, ella llega al misterio de la vida que no requiere división. Sus historias revelan tanto la realidad del pecado (al cual llamó, tomando prestado del filosofo Soren Kierkegaard, “un misterio a ser vivido y no un problema a ser resuelto) y la necesidad de la gracia. En otras palabras, todos sus héroes necesitan un salvador. La soberbia autosuficiencia no basta para llevarnos por la vida.

Aliento  a los educadores, estudiantes y a todos los fieles de beneficiarse, como yo lo hice, de ver el fino documental de Producciones Beata (un productor católico independiente de Atlanta).

En octubre de 2013, justo después de mi primer encuentro cara a cara con el papa Francisco, escribí la columna acerca de Flannery O’Connor y he incluido extractos aquí:

San Juan el Bautista, señalando a Jesús, dijo: “Debo disminuir para que Él crezca”. De manera muy vívida, la novelista católica Flannery O’ Connor hizo el mismo punto en una revista de 1946, al esforzarse de encontrar su vocación como escritora. Ella murió a comienzos de 1960 pero aun permanece popular por sus novelas, descrita como “Sureña grotesca” por su manera alarmante con la que ella habla de la gracia yendo de prisa hacia nuestro mundo.

Una de sus vívidas frases fue “la aparición delgada de la luna creciente”. El padre Terrence Klein escribió acerca de esta imagen en su blog acerca de las lecturas de las Escrituras los domingos para “America Magazine” (“The Good Word Terrance W. Klein” | 10 de octubre, 2013)…. La explicación un poco no científica dice así: la reducción de la luna hasta una figura delgada creciente ocurre debido a la larga sombra causada por la tierra adentrándose entre la luna y su fuente de luz, el sol. De la misma manera, nuestro “ser” puede emitir una sombra no saludable en el brillo de la gracia de Dios, brillando hacia el mundo a través de Jesucristo, que todos podemos bloquear su luz completamente. En su revista, Flannery usó esta imagen para identificar lo que ella llamó los tres signos de un alma saludable – un alma que permite que brille la luz de la gracia.

¿Cuáles son los signos del alma saludable de Flanney O’Connor? El primer signo se muestra en la medida de la gratitud. Dando gracias – en griego, la palabra conocida eucharistia, nuestra palabra para esa oración perfecta de Jesús en Su Iglesia, la celebración de la Sagrada Eucaristía – es una medida para la comunidad así como para el alma individual. Las homilías diarias del papa Francisco parecen alzar el llamado a la gratitud cada día. Cuando él nos saludó en su audiencia, podía sentir su simple y sereno acercamiento a la vida, al hablar de Jesús y su encuentro diario con Cristo en la Sagrada Eucaristía. ¡Tiene un alma agradecida!

El segundo signo de la novelista es una sana conciencia de nuestra pecaminosidad. En su revista, Flannery habla de su contrición imperfecta del pecado y como esta falta de contrición crea una distancia de Dios. De manera interesante, en su reciente entrevista publicada en la revista América, el papa Francisco se describió a sí mismo diciendo: “Soy un pecador”, y después añadió: “Y no se trata de un modo de hablar o un género literario. Soy un pecador”. El papa Francisco nos llama a ser conscientes de nuestra fragilidad y pecaminosidad antes de que busquemos acompañar a otro por la vida.

El tercer signo de un alma saludable de Flanney O’Connor es el sentido de misión. Lo que otros vieron como su incipiente carrera como escritora, ella describe a Dios como escribiendo a través de ella y a veces pese a ella. De nuevo, escucho el eco del papa Francisco, quien llama a todos en la Iglesia a “salir”. Al final de la misa, el diácono dice, “La Misa ha terminado. Vayan en paz”. Las palabras en latín, “Ita, missa est”, literalmente significan: “¡Vayan, ustedes son enviados!” La palabra más utilizada por el papa Francisco es misericordia pero la palabra que le sigue en uso es “acompañar”. Él ha tomado al mundo por sorpresa al llamarnos a cada uno a llegar hacia otros y acompañarlos y ver a las personas antes que la regla. Este sentido de misión – ir a sanar heridas y calentar los corazones – es el mensaje que él ha proclamado repetidamente al gentilmente llamarnos a acompañar a personas que sufren y juntos caminar con Cristo y venir a encontrarlo en y a través del mundo. El papa Francisco está señalando a Jesús por siempre – como Juan el Bautista y la novelista Flannery O’ Connor.

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