Déjenme decirles sobre dos eventos importantes en este mes – mi reunión con el papa Francisco el 6 de octubre y la Conferencia de Vida de este sábado – ambas nos llevan a salir de nosotros mismos para servir a otras personas.
Comencé este mes con un viaje a Roma. Ya que completaré mi término de 3 años de no reelección el próximo mes como presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos, realice mi última visita curial. Esta es una visita anual a Roma en donde el presidente y el vicepresidente de la Conferencia, junto con personal directivo, visitan las diferentes oficinas que asisten al Santo Padre en el trabajo de la Iglesia. Usualmente termina con una visita personal al Papa. Me reuní con el papa Francisco el 6 de octubre y, como ustedes podrían esperar, revivimos la visita histórica a los Estados Unidos de hace un año.
El Papa habló de su maravillosa experiencia y la calidez de la gente. Le dije sobre el impacto de sus visitas a la Casa Blanca, al Congreso, a la Asamblea General de las Naciones Unidas, a Independence Hall y al Encuentro de las Familias en Filadelfia. Hablamos del tono de la elección nacional de este año y la desesperada necesidad que tenemos por restaurar la civilidad a nuestra nación y asegurar que la Iglesia continúe sirviendo a las personas con respeto y dignidad, y de una manera que preserve la integridad de la Iglesia. El papa Francisco tuvo muchas oportunidades de tener encuentros con personas durante su viaje por los Estados Unidos, y él enfatizo la importancia de nuestra búsqueda por el bien común y preservar nuestra fe al realizar acompañamiento con individuos, especialmente aquellas personas que no tienen voz.
Haciendo este deseo del papa Francisco una realidad es lo que busco al prepararme para la Conferencia de Vida de este sábado. Programada durante el Mes de Respeto por la Vida y en el día de fiesta de San Juan Pablo II (22 de octubre), esta conferencia reunirá a muchas personas de toda la Arquidiócesis que tienen la pasión por la vida y que están involucradas en los tantos ministerios que apoyan, promueven y defienden un profundo respeto por la vida humana. El sueño del papa Francisco de que realicemos un alcance para aquellas personas con mayor necesidad será una realidad este sábado. Para anotarse para la conferencia vaya a www.archlou.org/life.
En esta conferencia estarán aquellas personas involucradas en comités parroquiales de respeto por la vida y comités de asuntos sociales, aquellas personas que enseñan el precioso regalo de nuestra fe a los jóvenes y aquellas que están buscando la mejor manera de estar involucradas en estos ministerios tan vitales. Todos tienen en común algo en la base del mensaje del papa Francisco, el cual es el mensaje de Jesús: “¡Vayan!” mientras que el mundo puede tentarnos de volvernos hacia nosotros mismos – a “tomar una posición alrededor de un mundo cómodo” – Jesús nos llama a ver más allá de nosotros mismos y de nuestras propias necesidades. Así sea el niño en el vientre materno y su madre, la persona mayor cercana al término de la vida, la familia refugiada, o la persona joven atrapada en el círculo de la pobreza – esta conferencia llamará a lo mejor de la Iglesia. No solamente nosotros como Iglesia necesitamos ser renovados, pero como nuestras noticias están inundadas con elección de candidatos haciendo ataques personales en cada persona, necesitamos promover la prioridad del bien común así como las virtudes de civilidad y calma que caracterizan lo mejor de América.
A comienzos de este mes, el 7 de octubre, honramos a nuestra Señora del Santo Rosario y al domingo siguiente, fui privilegiado en presidir y proclamar en una Misa especial celebrando el 50 aniversario del Santuario de nuestra Señora de Siluva en la Basílica de la Inmaculada Concepción en Washington, D.C. Más de 1500 feligreses de descendencia lituana se reunieron y recordaron la aparición de la Santísima Madre en Siluva en 1608 y la renovada fe católica que fluyó desde su aparición. Aquí está el enlace a mi homilía de ese día: www.archlou.org/our-lady-of-siluva/.
Tras muchas dificultades y persecuciones durante estos cuatro siglos, la gente de Lituania ha mantenido una fe fuerte y han vuelto sus mentes y corazones al servicio de Cristo. Mi reunión con el papa Francisco y la Conferencia de Vida de este sábado se unen a esa antigua peregrinación de varios siglos de fieles que buscan en la fe servir a otras personas. Este mes de octubre damos gracias por estos caminos en nuestra vida.
ARZOBISPO JOSEPH E. KURTZ
