Esperanza en El Señor — Como ser un buen y fiel ciudadano

Archbishop Joseph E. Kurtz
Archbishop Joseph E. Kurtz

Durante estos días de elecciones presidenciales primarias, los medios están llenos de información. Escuchamos sobre política, a menudo de maneras crudas y divisorias, pero no mucho sobre ser un buen ciudadano.

Cuando me piden hablar sobre nuestra fe en público, a menudo recuerdo las cuatro “Cs” en inglés courage, compassion, civility, and calm (valentía, compasión, comportarse cívicamente y calma). Cada una es importante y aunque no son completamente auto explicitas, la mayoría de nosotros entiende los conceptos e implicaciones.

Una de las “Cs” que particularmente necesita ser promovida en estos días es comportarse cívicamente. Mientras que los debates son parte de la manera americana y a menudo guían hacia una claridad necesaria para preparar al votante bien informado, estos debates no deberían resultar en ataques con mala intención. Cuando estudié lógica, fui prevenido de evitar lo que era llamado un argumento ad hominem. De manera simple, la expresión en latín se refiere al ataque de una persona en lugar de una idea. El buen debate debería ser llevado a cabo con cortesía y no deberá guiar hacia la enemistad y la división sino al diálogo que busca lo que es la mejor dirección para todos – el bien común.

Como personas de fe, nuestros valores religiosos, resumidos en enseñanza social católica, deberían influenciar nuestras decisiones acerca de lo que es lo mejor para nuestra vida común para que así promovamos el bien común. Estos valores promueven un profundo entendimiento e involucramiento activo en nombre de la dignidad humana, y esas son las razones principales por las que nos esforzamos para salvaguardar y perseverar la libertad religiosa. De lo contrario, el contenido del bien común será despojado de los puntos de vista de la convicción religiosa y puede carecer de contenido moral sólido. No se equivoque: en la arena pública no imponemos nuestra fe en los demás ni nos mantenemos en los márgenes. Más bien buscamos invitar y persuadir con lo mejor de la razón y la fe.

Al tratar de ser buenos ciudadanos, hay varios elementos clave para este desarrollo. Primero, es importante votar. Este no es el tiempo de estar de estar sedentarios viendo desde la banca. Una receta para una democracia fallida es un patrón de no involucramieto. Regístrese y vote.

Segundo, continuamente somos tentados a pensar de manera egoísta sobre “¿qué hay para mí?” La enseñanza social católica nos llama a preocuparnos por toda la gente, desde el momento de la concepción hasta la muerte natural y por todo ser humano agraciado con la dignidad de la imagen y semejanza de Dios.

Recientemente los obispos de Kentucky se reunieron con el gobernador Bevin. (Él es el tercer gobernador con quien me he reunido desde que llegué a la Arquidiócesis hace ocho años y medio). Llevamos consigo mismo nuestros valores y hablé con él sobre proteger a la criatura en el vientre y a su madre, promover buenas opciones educativas para las familias, incluir la opción de escuelas católicas, proveer cuidado de la salud adecuado para todos y buscar reformar nuestro sistema de justicia criminal.

Tercero, como mencioné anteriormente, comportarse cívicamente se construye sobre respeto y buenas maneras. De seguro, es parte de la manera americana para debatir asuntos importantes, y llevamos consigo nuestros fuertes principios y pasiones al debate. Sin embargo, nuestra tarea es de movernos del debate al diálogo; un diálogo que nos permita articular nuestros valores cristianos y de escuchar a otros, moviéndonos hacia buenas soluciones morales.

Hace dos semanas viajé a El Paso para participar en la Misa que el papa Francisco celebró cruzando el Río Grande en Ciudad Juárez. Antes de la Misa, tome parte en una conferencia de prensa para discutir “Dos Naciones, Una Fe” un evento organizado por Catholic Extension. Cuando me preguntaron sobre la pesada atmósfera en las campañas presidenciales, ofrecí algunos puntos de vista: Hay que hacernos a un lado de la esfera política, ir a mayor profundidad y ver las implicaciones y valores morales. Aunque tenemos diferentes opiniones y muchos asuntos que nos dividen, aquí estamos, compañeros peregrinos con nuestro Santo Padre trabajando y moviéndonos hacia Cristo.

Me preguntaron sobre los debates de inmigración y la presencia del papa Francisco, yo añadí: los asuntos políticos importantes casi siempre contienen fuertes dimensiones morales, y es la dimensión moral de la cual hablará el Santo Padre. Moviendo el debate de inmigración al diálogo no niega que la gente de buena voluntad pueda tener diferentes enfoques para abordar este asunto. En su lugar, el diálogo nos impulsa a presentar de manera honesta nuestras convicciones y valores; probarlas contra la realidad y asegurar que estamos viendo y respetando a la gente con quien estamos en diálogo para que así podamos llegar a soluciones morales duraderas que nos unifiquen en lugar de dividirnos.

Además de comportarse cívicamente, votar, considerar el bien común y buscar entablar el diálogo, otro aspecto importante de ser un buen ciudadano es la educación y reflexión y para las personas de fe, la oración. Preocupándonos profundamente por la gente formando sus conciencias y considerando los asuntos, los obispos católicos de los Estados Unidos recientemente aprobaron una versión para los feligreses concerniente a la responsabilidad política.

Así que mientras navegan este clima político tan pesado, recuerden orar, aprender, reflexionar, buscar el bien común, involucrarse en el diálogo civil y votar.

Arzobispo Joseph E. Kurtz

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