Por Justin McLellan
CIUDAD DEL VATICANO — Para vivir caritativa y auténticamente, los jóvenes deben desarrollar un sentido de compasión para alinear sus corazones con sus actos caritativos, dijo el Papa Francisco.
“El corazón atravesado de Dios nos libera de una caridad pensada como una profesión, un cálculo de puro filantropismo, una burocracia de bondad o, peor, una red de intereses políticos”, escribió a los participantes en la asamblea plenaria de ROACO, una coalición de organizaciones caritativas católicas que trabajan con el Vaticano para ayudar a las iglesias orientales, y su conferencia de jóvenes.
El Papa Francisco se reunió con el grupo el 22 de junio, pero, según Vatican News, les dijo que no leería sus comentarios preparados, ya que todavía tenía dificultades para respirar debido a la anestesia general a la que se sometió para su cirugía abdominal del 7 de junio. En su lugar, se repartió su discurso.
“La cruz, suprema implicación de Dios en el sufrimiento de la humanidad”, escribió, “indica a los cristianos, de forma particular a los jóvenes, la autenticidad que buscan, la valentía de testimoniar, la fuerza para superar el individualismo y la indiferencia que hoy es norma, y hacer crecer la compasión”.
El Papa Francisco agradeció a ROACO su “solidaridad efectiva, que ayuda a resanar las heridas y es como una caricia sobre el rostro de quien sufre. Una caricia que devuelve esperanza en el bullicio de los conflictos”.
“Es tremendo, hoy, el contraste” entre la realidad de la guerra hoy “el diseño de Dios: diseño de paz, de fraternidad y concordia para todos”, dijo. El plan de Dios “invita a dejar de combatir unos con otros y unir más bien las fuerzas para luchar contra el hambre y las enfermedades”.
El Papa Francisco también elogió que la asamblea plenaria de la ROACO se centrara en la experiencia de los jóvenes en las iglesias católicas orientales, lo que calificó de elección “sabia”. “Los jóvenes quieren ser protagonistas del bien común, que debe ser la ‘brújula’ de la acción social”, dijo el Papa.
Dirigiendo sus palabras a los jóvenes presentes, el Papa les instó a ser “centinelas de la paz para todos, profetas que sueñan y anuncian un mundo diferente y ya no dividido”.
El Papa Francisco también agradeció a los participantes la ayuda prestada tras el terremoto de febrero en Turquía y Siria, donde señaló que sigue siendo difícil enviar ayuda económica a través de los sistemas bancarios normales, y su apoyo a los desplazados internos y refugiados en Ucrania.
El Papa instó a los participantes “a no hacer faltar cercanía concreta, cercanía de oración y caridad, al martirizado pueblo ucraniano”, y elogió sus otros proyectos en curso en Irán, Turquía y Eritrea.