Por Justin McLellan
CIUDAD DEL VATICANO (CNS) — El Vaticano instó a los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU a ser “artesanos creativos y valientes de la paz y tejedores de un diálogo constructivo” para encontrar una solución pacífica a la guerra en Ucrania.
En una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU en Nueva York el 20 de septiembre, el arzobispo Paul R. Gallagher, ministro de Asuntos Exteriores del Vaticano, dijo que “toda la comunidad internacional, más que nunca, no puede rendirse y dejar pasar este asunto en silencio”.
“La solución a la guerra en Ucrania no es sólo un asunto de la propia Ucrania”, afirmó. “Todos los Estados miembros de las Naciones Unidas, y especialmente los miembros del Consejo de Seguridad, están llamados a unir esfuerzos en la búsqueda de una paz justa y duradera para Ucrania como un elemento importante de la paz global de la que el mundo tiene sed”.
La reunión del Consejo de Seguridad incluyó discursos del presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy; Antony Blinken, secretario de estado estadounidense; y el ministro de asuntos exteriores ruso, Sergey Lavrov. En su discurso, Zelenskyy criticó la estructura del consejo que otorga a cinco países — Estados Unidos, China, Francia, Gran Bretaña y Rusia — el poder de vetar cualquier resolución o decisión del consejo, diciendo que el uso indebido del poder de veto por parte de Rusia es “para en detrimento de todos los demás miembros de la ONU”.
El arzobispo Gallagher no habló del tema del poder de veto, pero dijo que es “innegable que el ataque ruso a Ucrania ha puesto en peligro todo el orden global que surgió después de la Segunda Guerra Mundial” y citó sus consecuencias negativas en los ámbitos humanitario, agrícola, ecológico y militar, nuclear, religioso y otras esferas que son “elementos totalmente fundamentales de la arquitectura de la seguridad mundial”.
“Si no se detiene esta guerra y no se busca la paz en todo momento, el mundo entero corre el riesgo de hundirse en crisis aún más profundas”, afirmó.
El arzobispo señaló que la Santa Sede “está cerca de Ucrania y defiende plenamente su integridad territorial” al tiempo que participa en iniciativas humanitarias para apoyar al pueblo ucraniano. “Está ante los ojos de todos que quienes pagan el precio más alto son los civiles, la gente sencilla y, sobre todo, los niños, jóvenes y ancianos”.
El arzobispo Gallagher dijo al consejo que, si bien es posible lograr la paz, “sin duda llegará cuando haya un compromiso común para ponerla en práctica no sólo a nivel institucional e internacional, sino también en nuestros corazones y hogares”.