
Por Cindy Wooden, Catholic News Service
CIUDAD DEL VATICANO — El Papa Francisco ha añadido la fiesta de Santa Teresa de Calcuta, “faro de esperanza” y ejemplo de amoroso servicio a los más pobres entre los pobres, al Calendario Romano General para que su “memoria libre (u opcional) sea celebrada por todos el 5 de septiembre”.
El cardenal Arthur Roche y el arzobispo Vittorio Francesco Viola, prefecto y secretario respectivamente del Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, anunciaron la decisión del Papa en un decreto publicado por el Vaticano el 11 de febrero.
Anteriormente, la fiesta de Santa Teresa de Calcuta, como el Vaticano se refiere a la ciudad de India donde comenzó su trabajo con los pobres abandonados, estaba inscrita sólo en el calendario propio de las Misioneras de la Caridad y en el calendario propio de la India. Ahora su memoria está incluida en el calendario de la Iglesia universal.
“Canonizada en 2016 por el Sumo Pontífice Francisco, el nombre de santa Teresa de Calcuta no deja de brillar como fuente de esperanza para tantas personas que buscan consuelo en las tribulaciones del cuerpo y del espíritu”, dice el decreto, fechado el 24 de diciembre.
El Papa Francisco, respondiendo a las peticiones de obispos, religiosos y laicos “y considerando la influencia ejercida por la espiritualidad de santa Teresa de Calcuta en numerosas regiones del mundo”, decidió añadirla al calendario universal, dice el decreto.
En una nota aparte, el cardenal Roche describió a la Madre Teresa como un “faro de esperanza, pequeña en estatura, pero grande en el amor, testimonio de la dignidad y del privilegio del servicio humilde en defensa de la vida humana, tanto de aquellos que han sido abandonados, descartados y despreciados, como en el interior del seno materno”.
Las conferencias episcopales de todo el mundo tendrán que traducir del latín las oraciones publicadas por el dicasterio para la Misa de su fiesta, así como las utilizadas en la Liturgia de las Horas, y hacer que el dicasterio confirme las traducciones.
El cardenal Roche dijo que la oración colecta u oración inicial de la Misa de su fiesta “nos ofrece el corazón de su espiritualidad: la llamada a saciar la sed de Jesucristo en la cruz, respondiendo con amor a las necesidades de los más necesitados. Por ello, suplicamos a Dios Padre, que, imitando su ejemplo, sirvamos a Cristo, presente en nuestros hermanos afligidos”.
La lectura del Evangelio para su fiesta es del capítulo 25 de San Mateo, dijo el cardenal, que enumera “las obras de misericordia” — alimentar a los hambrientos, visitar a los presos, acoger a los extranjeros — y “presenta unas palabras, vividas de modo elocuente por Madre Teresa: ‘Cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis'”.