Por Paulina Guzik
ROMA — En lo que parece ser una continuación del legado pontificio, el Papa Benedicto XVI fue enterrado en la cripta donde fue enterrado por primera vez su predecesor polaco, San Juan Pablo II. San Juan XXIII también fue enterrado allí antes de su beatificación.
Un ataúd triple, el primero hecho de ciprés, el segundo de zinc y el tercero de roble, fue colocado en la gruta el 5 de enero después de la misa fúnebre presidida por el Papa Francisco.
El lugar del entierro es único para muchos que conocían la afectuosa relación de San Juan Pablo II y el Cardenal Joseph Ratzinger, el futuro Papa que fue el principal funcionario doctrinal del Vaticano bajo el pontífice polaco.
“Es un signo de amistad que va mucho más allá de su vida terrenal”, dijo a OSV News el Cardenal Konrad Krajewski, prefecto del Dicasterio para el Servicio de la Caridad. El cardenal fue maestro de ceremonias papales bajo San Juan Pablo II y el Papa Benedicto.
“Creo que realmente cierra simbólicamente la simbiosis terrenal de los dos papas, el pontífice polaco y el alemán”, agregó Yago de la Cierva, profesor de la Universidad Pontificia de la Santa Cruz en Roma.
La Oficina de Prensa de la Santa Sede pronosticó que la cripta donde reposa el Papa Benedicto XVI estará lista para que los fieles la visiten después del 8 de enero.
Los dos papas tuvieron una amistad intelectual única a lo largo del papado de San Juan Pablo. También fueron colaboradores cercanos. En 1981, el pontífice nombró prefecto al Cardenal Ratzinger de lo que entonces se llamaba la Congregación para la Doctrina de la Fe y desde entonces pasó a llamarse dicasterio.
En Italia hasta el día de hoy, la oficina se llama Sant’Uffizio, el Santo Oficio, y ha sido una de las oficinas curiales más fundamentales durante siglos. Como la oficina de custodia doctrinal de la Iglesia Católica, también está manejando casos de abuso sexual clerical
“Creo que Joseph Ratzinger fue la red de seguridad de Juan Pablo. El Papa polaco quería transformar la Iglesia en todos los países, pero necesitaba que alguien permaneciera en la oficina para asegurarse de que sus ‘nuevas iniciativas’ fueran verdaderamente católicas, necesitaba un teólogo como respaldo. Y Karol Wojtyla confió en Ratzinger en cada tema doctrinal”, dijo de la Cierva a OSV News
El Cardenal Ratzinger fue quien estuvo detrás de muchos de los documentos del pontífice polaco
“Recuerdo una conferencia de prensa con Joseph Ratzinger en la Oficina de Prensa de la Santa Sede”, dijo de la Cierva. “Alguien le preguntó qué pensaba de una encíclica papal, y con una sonrisa en el rostro respondió que no necesitaba opinar porque se reconocía en muchos textos de Juan Pablo II”.
Como mostró la historia, estaba escribiendo los primeros borradores de muchos de ellos.
Después de la muerte de San Juan Pablo el 2 de abril de 2005, el recién elegido Papa Benedicto XVI rezaba a menudo ante la tumba de su predecesor. El 9 de mayo, solo un mes después de la muerte del pontífice polaco, el nuevo papa inició el proceso de beatificación del Papa Juan Pablo II. Fue declarado “beato” el 1 de mayo de 2011. (El Papa Francisco lo canonizó a él y a San Juan XXIII en 2014).
Aunque a veces sus temperamentos o caracteres parecían estar a un mundo de distancia, el Papa Benedicto se parecía a San Juan Pablo II en muchos aspectos.
“El Papa Benedicto XVI pasaba mucho tiempo en la capilla. Era un hombre de oración y al mismo tiempo un titán del trabajo”, dijo a OSV News el Arzobispo Mieczyslaw Mokrzycki, metropolitano de la Iglesia Latina de Lviv, Ucrania.
El Arzobispo Mokrzycki fue secretario de San Juan Pablo II, y el Papa Benedicto le pidió que continuara su misión durante los primeros dos años de su papado. Luego, el papa alemán lo nombró arzobispo de Lviv, en el oeste de Ucrania, una ciudad con profundas raíces polacas.
“Cuando llegué allí, estábamos renovando la residencia de los obispos de Lviv, y puse una vidriera con Juan Pablo y Benedicto allí”, dijo el arzobispo Mokrzycki a OSV News. “Realmente creo que algún día se convertirá en santo, vi su trabajo diario y puedo decir que era un hombre santo”.
