
El 20 de septiembre, más de 200 católicos se reunieron en la Iglesia St. John Paul II, ubicada en Goldsmith Lane 3539, para hablar sobre el ministerio catequético parroquial en un evento de un día titulado “Encuentro Catequético: Comunión y Misión”.
El evento bilingüe incluso presentó la catequesis como la base para las comunidades parroquiales y los ministerios que ofrecen, comentó Eva González, directora de la Oficina de Ministerio Hispano de la Arquidiócesis de Louisville, en una entrevista reciente.
“En las parroquias, puede que falten algunos ministerios. Quizás no tengan un grupo de jóvenes y un grupo de jóvenes adultos. O quizás tengan jóvenes, pero no jóvenes adultos. O quizás haya una parroquia donde no haya un ministerio para la vida familiar, o simplemente algo para los padres de familia. Pero lo que nunca faltará es el ministerio catequético.”
— Eva Gonzalez, directora de la Oficina de Ministerio Hispano
Cada parroquia tiene un ministerio catequético, y todo católico se acerca a él para recibir los sacramentos, señaló González. Sin embargo, no se puede decir lo mismo de otros ministerios de una parroquia, como la pastoral juvenil o la pastoral matrimonial, añadió.
“En las parroquias, puede que falten algunos ministerios. Quizás no tengan un grupo de jóvenes y un grupo de jóvenes adultos. O quizás tengan jóvenes, pero no jóvenes adultos. O quizás haya una parroquia donde no haya un ministerio para la vida familiar, o simplemente algo para los padres de familia. Pero lo que nunca faltará es el ministerio catequético”, dijo.
Por lo tanto, el ministerio catequético de una parroquia debe considerarse el eje central de todos los demás ministerios, afirmó.
“Todo comienza o parte de la catequesis: la fe, lo que creemos. Todo comienza allí, desde ese ministerio”, indicó.

Ella y varios ponentes compartieron este mensaje con los asistentes al evento del fin de semana pasado, incluyendo catequistas, estudiantes de penúltimo y último año de secundaria y personas involucradas en la vida familiar.
Tras la misa inaugural celebrada por el arzobispo Shelton J. Fabre, los participantes se dividieron en cuatro grupos: catequistas, jóvenes, padres de familia y personal parroquial para realizar presentaciones y conversar en pequeños grupos.
Cada uno de estos grupos tiene una importante tarea catequética, explicó González, por lo que sus presentaciones y grupos pequeños tenían objetivos diferentes.
- Los catequistas están llamados a reconocer “el impacto del ministerio catequético en otros ministerios de la parroquia”, mencionó. Sus pequeños grupos reflexionaron sobre la pregunta: “¿Cómo estamos impactando otros ministerios?” y “¿Qué falta?”.
- Los jóvenes estudiantes de penúltimo y último año de secundaria y jóvenes adultos están llamados a generar un impacto positivo en su comunidad eclesial y a buscar formación continua después de la confirmación, explicó. Su grupo reflexionó sobre la pregunta: “¿Qué impacto puedo generar en mi comunidad eclesial y más allá?”.
- Los padres de familia son “los primeros responsables de inculcar la fe en sus hijos”, afirmó. Están llamados a “asumir el rol de la familia como una vocación que puede transformar la comunidad eclesial y la sociedad”, añadió. Este grupo reflexionó sobre la pregunta: “¿Cuáles son las barreras a la espiritualidad en mi hogar?” y “¿Qué apoyo necesito para aprender y transmitir la fe a mis hijos?”.
- El personal parroquial está llamado a brindar una visión de comunión en sus comunidades parroquiales y a apoyar a quienes participan en los ministerios parroquiales, explicó. Su pequeño grupo se preguntó: “¿Cómo podemos apoyarlos (a los ministerios)?”.

Los grupos pequeños buscaban invitar a los participantes a analizar la realidad de sus ministerios y vocaciones y a preguntarse: “¿Qué apoyo necesito para crecer?”. Los grupos también dedicaron tiempo a reflexionar sobre su vida espiritual y cómo se relaciona con sus ministerios y vocaciones.
Posteriormente, los participantes tuvieron la oportunidad de reunirse con otros miembros de su parroquia para proveer ideas sobre cómo su grupo podría promover la comunión con los demás grupos representados. Cuando los ministerios están en comunión, pueden ministrar a su parroquia con mayor eficacia, añadió González.
Por ejemplo, los catequistas podrían sugerir invitar a los padres de familia a visitar la clase de sus hijos para guiar al grupo en la oración. O bien, un grupo de jóvenes adultos podría sugerir invitar a un catequista a dar una presentación de 10 minutos sobre un tema de su interés, explicó González.
Los grupos parroquiales también ofrecieron ideas de cómo podrían recibir mejor apoyo de su parroquia, añadió. Esas ideas se recopilaron y se distribuirán a los líderes de la parroquia, añadió.