By Marietha Góngora V., OSV News
NEWARK, Nueva Jersey (OSV News) — Afianzados en el tema “Caminando con Alegría, Anclados en la Esperanza”, dio inicio la conferencia anual de directores del ministerio hispano, que este año reúne a representantes de al menos 87 diócesis, líderes pastorales del Ministerio Hispano, miembros de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB) y organizaciones católicas que sirven a la comunidad hispana en diferentes regiones de todo el país.
Desde el 21 hasta el 24 de octubre, este encuentro de la Asociación Nacional Católica de Directores Diocesanos del Ministerio Hispano (NCADDHM por sus siglas en inglés) desarrollará el programa que incluye celebraciones eucarísticas, conferencias, jornadas de formación, momentos de reflexión y de fraternidad.
En la Misa que marcó el inicio de esta conferencia, monseñor Mario A. Avilés, obispo auxiliar de Brownsville, Texas, dijo en su homilía que “en un mundo marcado por la división, la incertidumbre y las luchas de los pueblos, los retos acumulados, el cambio cultural y el hambre espiritual”, estas cosas “nos impulsan a avanzar, no con desesperación, sino con una gran alegría que brota de una esperanza”.
Durante esta conferencia debemos mover nuestra esperanza a través de la oración, colaboración y todas las iniciativas. Vamos a caminar juntos con alegría, proclamando el Evangelio”, dijo el obispo Avilés y agregó que “todos los que estamos comprometidos con el ministerio hispano tenemos que ayudar a que no seamos solamente comunicadores de esto, sino testigos de esta gracia sobreabundante de la que habla San Pablo”.
La difícil situación que atraviesa la comunidad migrante en los Estados Unidos motivó una profunda reflexión y, en este sentido, el obispo Avilés afirmó que “el tema de nuestra conferencia, con una alegría anclada en la esperanza, nos conecta muy bien con el tema de la virtud de la esperanza”.
“Sabemos que la noche puede parecer larga, quienes separan las familias tienen órdenes mutadas por el secularismo, parroquias abatidas por la falta de recursos. Sin embargo, la esperanza nos sostiene. Es la virtud que trasciende la oscuridad”, afirmó.
El prelado señaló que, aunque “podemos pensar que no hay salida o en situaciones en donde nos sentimos enfurecidos, tenemos que pensar que la gracia sobrepasa todo y donde abundó el pecado, el mal y la injusticia, sobrepasa la gracia”.
Posteriormente, durante una cena en la que se dio la bienvenida a los casi 250 participantes de la conferencia, monseñor Manuel A. Cruz, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Newark, habló de cómo la comunidad hispana “ama a sus sacerdotes y a sus religiosas” y de la riqueza que son para la Iglesia afirmando que “no solamente son el futuro de nuestra Iglesia, sino que los hispanos nos sostienen y nos llevan a la perseverancia”.
“La humanidad de aceptar quiénes somos, somos hispanos, tenemos acento, quizás tenemos nuestras propias limitaciones, tengamos lo que tengamos, pero somos humanos y ahí es donde Dios se revela a cada uno de nosotros”, dijo el obispo Cruz, quien agregó que “esa es la belleza de nuestro apostolado, de vivir la humanidad de quiénes somos y que nos lleva siempre a la santidad”.
A su turno el Dr. Alejandro Aguilera-Titus, director asociado del Subcomité de Asuntos Hispanos del Secretariado de Diversidad Cultural en la Iglesia de la USCCB, compartió detalles del reciente encuentro de la pastoral hispana de los Estados Unidos con el Papa León XIV en el Vaticano. En este encuentro, que se dio en el marco del Jubileo de los Migrantes y Refugiados, se denunció “la inestabilidad, la incertidumbre, el miedo, el abuso del poder que se está viendo”, dijo Aguilera-Titus, añadiendo que “ha habido una deshumanización de nuestra gente” y que “están persiguiendo a los más vulnerables”.
Aguilera-Titus instó a los líderes hispanos presentes en la conferencia a asumir su papel profético, a caminar en sinodalidad y a ser signos de fe y esperanza en una sociedad que enfrenta, ahora mismo, grandes desafíos.
Finalmente, hizo un llamado a no permitir que el miedo nos paralice, a desenmascarar las narrativas mentirosas y a “organizar la esperanza” como camino pastoral.