Por Cindy Wooden
CIUDAD DEL VATICANO — Los católicos necesitan recuperar el sentido de asombro y adoración ante la Eucaristía, sabiendo que es “la presencia real y amorosa del Señor”, dijo el Papa Francisco a los miembros de los comités que organizan el Avivamiento Eucarístico Nacional y el Congreso Eucarístico Nacional en Estados Unidos.
Jesús habló de sí mismo como “el pan vivo que bajó del cielo, el verdadero pan que da vida al mundo”, dijo el Papa al grupo el 19 de junio, sólo tres días después de salir del hospital tras una operación abdominal.
“Esta mañana, mientras celebraba la Eucaristía, he pensado mucho en esto, porque es lo que nos da la vida”, dijo el Papa. “De hecho, la Eucaristía es la respuesta de Dios al hambre más profundo del corazón humano, el hambre de vida auténtica porque en la Eucaristía Cristo mismo está realmente en medio de nosotros para alimentarnos, consolarnos y sostenernos en nuestro camino”.
El Papa Francisco entró en la biblioteca utilizando su bastón en lugar de una silla de ruedas. Y aunque se sentó cuando leyó su texto preparado — y añadió comentarios espontáneos — se puso de pie para bendecir la custodia de cuatro pies de altura, la patena y el cáliz que se utilizarán durante el congreso eucarístico en Indianápolis del 17 al 21 de julio de 2024.
El grupo estaba encabezado por el obispo Andrew H. Cozzens de Crookston, Minnesota, presidente del grupo asesor de los obispos estadounidenses para el Avivamiento Eucarístico Nacional, un proceso plurianual destinado a renovar y fortalecer la fe en la Presencia Real de Cristo en la Eucaristía, y presidente de la junta directiva que planifica el congreso eucarístico.
El obispo Cozzens dijo a Catholic News Service que era “un privilegio increíble” conocer al Papa y experimentar “su amor, su pasión por la Eucaristía y por el trabajo que estamos haciendo”.
El Papa Francisco dijo al grupo que, por desgracia, hoy en día muchos católicos “creen que la Eucaristía es más un símbolo que la realidad de la presencia y el amor del Señor”.
Pero, dijo, “es más que un símbolo; es la presencia real y amorosa del Señor”.
“Es mi esperanza, entonces, que el congreso eucarístico inspire a los católicos de todo el país a descubrir de nuevo el sentido de asombro y admiración por el gran don del Señor de sí mismo”, dijo, “y a pasar tiempo con él en la celebración de la santa Misa y en la oración personal y la adoración ante el Santísimo Sacramento”.
El Papa Francisco lamentó que muchas personas “han perdido el sentido de la adoración. Debemos redescubrir el sentido de adorar en silencio, adorar. (La adoración) es una forma de oración que hemos perdido; poca gente sabe lo que es, y ustedes, los obispos, tienen que catequizar a los fieles sobre la oración de adoración”, dijo mirando al obispo Cozzens y al obispo. Kevin C. Rhoades, obispo de Fort Wayne-South Bend, Indiana, que también acompañaba al grupo.
El Papa insistió en el vínculo entre la celebración de la Misa, la adoración eucarística y el compartir el Evangelio con los demás.
“En la Eucaristía nos encontramos con Aquel que lo dio todo por nosotros, que se sacrificó para darnos la vida, que nos amó hasta el extremo”, dijo. “Nos convertimos en testigos creíbles de la alegría y la belleza transformadora del Evangelio sólo cuando reconocemos que el amor que celebramos en este sacramento no puede guardarse para nosotros mismos, sino que exige ser compartido con todos”.
“Este es el sentido del espíritu misionero: Vas a la celebración de la Misa, recibes la comunión, adoras al Señor y luego, ¿qué haces?”, preguntó. “Sales a evangelizar; Jesús nos hace así”.
“La Eucaristía nos impulsa a un amor al prójimo fuertemente comprometido”, insistió. “Porque no podemos comprender ni vivir verdaderamente el significado de la Eucaristía si nuestro corazón está cerrado a los hermanos, especialmente a los pobres, a los que sufren, a los que están agotados o perdidos en la vida”.
Hablando de improviso, el Papa dijo que los que creen en la Eucaristía deben acercarse y visitar a “los ancianos, que son la sabiduría del pueblo, y a los enfermos, que toman la forma de Jesús doliente”.
El Papa Francisco rezó para que el Congreso Eucarístico Nacional “dé frutos para guiar a los hombres y mujeres de toda vuestra nación hacia el Señor que, con su presencia entre nosotros, reaviva la esperanza y renueva la vida”.
En una entrevista con CNS tras la audiencia papal, el obispo Cozzens dijo que el proceso en curso del Sínodo de los Obispos sobre la sinodalidad y el avivamiento eucarístico están relacionados ya que, en las sesiones de escucha para el sínodo, muchos católicos expresaron su preocupación por la falta de creencia en la presencia real y por la disminución de la asistencia a Misa.
“Probablemente estamos en el punto más bajo de todos los tiempos en Estados Unidos en cuanto al porcentaje de católicos que realmente van a Misa cada domingo”, dijo, lo cual es “una gran preocupación que surgió en el proceso sinodal”.
En las sesiones de escucha también se pidió a los obispos que trabajaran por la unidad de la Iglesia en el país y reunieran a todos en torno al sacramento de la unidad, y la comunión es la mejor manera de hacerlo, dijo. “Así pues, yo diría que el proceso sinodal nos ayudó a construir esto”.
“La Eucaristía es la fuente de nuestra vida en la Iglesia”, dijo el obispo. “Es el corazón palpitante de la Iglesia, donde recibimos la vida de Cristo como cuerpo de Cristo”.
