CIUDAD DEL VATICANO — Predicar una cosa, pero hacer otra pone en riesgo la autenticidad y credibilidad del testimonio cristiano, dijo el Papa Francisco.
Reflexionando el 5 de noviembre sobre la lectura del Evangelio de San Mateo, en la que Jesús critica a los escribas y fariseos por ser personas que “predican una cosa, pero después viven otra”, el Papa dijo a los cristianos que consideren “la distancia entre el decir y el hacer” que existe en sus vidas.
“Todos nosotros experimentamos, por nuestra fragilidad, una cierta distancia entre el decir y el hacer”, dijo a las aproximadamente 23.000 personas reunidas en la Plaza de San Pedro. Pero señaló que otra cosa es tener un “corazón doble” en el que se vive con “un pie en dos zapatos” sin problema.
“Esta duplicidad del corazón pone en riesgo la autenticidad de nuestro testimonio, y también nuestra credibilidad como personas y como cristianos”, dijo el Papa, instando especialmente a las personas que desempeñan funciones de responsabilidad — ya sea en su vida, en la sociedad o en la Iglesia — a decir “¡no a la duplicidad!”.
“Para un sacerdote, un trabajador pastoral, un político, un profesor o un padre, vale siempre esta regla: esto que dices, esto que predicas a los otros, comprométete tú a vivirlo primero”, dijo. “Para ser maestros con autoridad es necesario ser primero testigos creíbles”.
El Papa Francisco dijo que, debido a su duplicidad, los escribas y fariseos “realizaban obras para aparentar ser justos” y “salvar las apariencias” con el fin de ocultar sus incoherencias y salvar su reputación. Comparó tal práctica con la aplicación de maquillaje, no sólo en sus rostros, sino también en sus vidas y corazones.
“Esta gente ‘maquilladas’ no sabe vivir la verdad”, afirmó. “Y muchas veces, también nosotros tenemos esta tentación de la duplicidad”.
El Papa instó a los cristianos a escuchar la advertencia de Jesús contra la duplicidad y a preguntarse si practican lo que predican: “¿Decimos una cosa y hacemos otra? ¿Estamos preocupados solo por mostrarnos impecables fuera, maquillados, o cuidamos de nuestra vida interior en la sinceridad del corazón?”.
Entre los visitantes en la Plaza de San Pedro había un grupo de personas que sostenían una pancarta con los colores de la bandera argentina, en la que se leía “Vení Francisco; tu pueblo te espera”.
