Un crucifijo fijo sobre una hoz y un martillo despertó asombro durante la visita del papa a Bolivia

Por Catholic News Service

SANTA CRUZ, Bolivia (CNS) –- Cuando el presidente de Bolivia, Evo Morales, le dio al papa Francisco como regalo un crucifijo fijo sobre una hoz y un martillo despertó asombro, incluso para el papa.

Pero, como Morales explicó, la cruz fue montada por el padre jesuita Luis Espinal, quien fue asesinado en 1980, después de que se había mantenido activo en el movimiento pro democrático del país.

El papa y el presidente se vieron rodeados de ávidos fotógrafos durante la presentación del regalo, el 8 de julio, que tuvo lugar en el palacio de gobierno de La Paz.

Un camarógrafo de televisión del Vaticano estaba presente, pero, como les explicó a los periodistas el padre jesuita Federico Lombardi, vocero del Vaticano, el sonido se grabó mal, imposible de entenderse.

Por lo menos una oficina de medios de difusión informó que el papa había dicho: “No está bien eso”; pero otros medios dijeron que el papa, que hablaba en español, había respondido: “No sabía eso”, cuando Morales explicó que la cruz había sido diseño del padre Espinal.

El padre Lombardi dijo que ni él ni el papa, que es jesuita, sabían nada del crucifijo atribuido al padre Espinal y afirmó que él creía que era más plausible que el papa haya admitido que no sabía el origen del crucifijo en cuestión y no que no era lo correcto.

Después de discutir el asunto del crucifijo con varios jesuitas, el 9 de julio, el padre Lombardi dijo que el padre Espinal, “había sido artista muy creativo” y que había compuesto el crucifijo como expresión de su creencia por la necesidad de diálogo en el que participaran todos los bolivianos de entonces, tiempos que eran de gran tensión política e inquietud.

Para el padre Espinal “eso no era ideológico”, dijo el padre Lombardi; y “no le daba a la fe una interpretación marxista”.

El crucifijo, añadió, fue “una expresión de lo que vivía el padre Espinal” en el tiempo en el que lo hizo.

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