Obispo llama evento matrimonial homosexual ‘día triste para la sociedad puertorriqueña’

 

Una multitud se reúne para una boda masiva de personas del mismo sexo en San Juan, Puerto Rico, 16 de agosto. Sesenta y cuatro parejas del mismo sexo asistieron al evento. CNS photo/Wallice J. de la Vega

 

Por Wallice J. de la Vega

SAN JUAN, Puerto Rico (CNS) — Los católicos puertorriqueños se han manifestado bastante en contra del matrimonio homosexual, pero sus voces no fueron tan fuertes durante ni después de una masiva ceremonia matrimonial homosexual al aire libre apoyada por el gobierno.

Sesenta y cuatro de las 73 parejas homosexuales programadas para tomar votos asistieron al evento realizado en el Paseo de la Princesa en el Viejo San Juan el 16 de agosto, día en que una severa sequía de varios meses terminó con fuerte lluvia en toda la isla.

El obispo Daniel Fernández Torres de Arecibo fue el único funcionario eclesiástico en manifestarse en contra del evento.

“Hoy es un día triste para la sociedad puertorriqueña. Movidos por el amor al prójimo y la compasión es necesario recordar a todos que los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados”, dijo el obispo Fernández en una breve declaración. “Son contrarios a la ley natural.

El arzobispo Roberto González Nieves de San Juan había expresado sus opiniones antes de la ceremonia.

“El matrimonio entre personas del mismo sexo destruye la riqueza de la complementariedad de los sexos y priva a la prole de la figura paterna o materna”, dijo el arzobispo en un comunicado de prensa de la Conferencia Episcopal Puertorriqueña.

“El matrimonio y la familia no son hechura de los gobiernos ni de los jueces, sino de la conciencia de aquellos primeros seres de la especie humana que habitaron la Tierra al cabo de un proceso largo y multimillonario de evolución”.

La Iglesia Católica enseña que el matrimonio es entre un hombre y una mujer y que el sexo fuera del matrimonio es pecado. A su vez, la iglesia sustenta la dignidad humana de todas las personas.

En marzo pasado, el arzobispo González había hecho un llamado a un referendo sobre el matrimonio homosexual para contrapesar la “imposición dictatorial de parte del gobierno”. Él se refería a la propuesta del gobernador Alejandro García Padilla de una enmienda al código civil para legalizar el matrimonio homosexual.

“Queremos una sociedad que acoja, acompañe, ame y proteja los legítimos derechos de sus hijos e hijas homosexuales, lesbianas, bisexuales, transexuales y transgénero”, él dijo. “Esto no justifica que su unión sea análoga al matrimonio hombre y mujer, única unión capaz de transmitir vida y que refleja el designio del creador”.

La ceremonia matrimonial homosexual fue oficiada por docenas de pastores de una amplia gama de religiones y movimientos espirituales, así como celebrantes civiles.

Los reverendos Albert Rivera de Mayagüez y Héctor Ortiz de Manatí, pastores de la Iglesia Cristocéntrica de Restauración Integral, sirvieron como celebrantes ayudados por sus propios esposos, Carlos Camuy y Osvaldo Zambrana, respectivamente. Su ministerio se autodenomina “una iglesia de puertas abiertas sirviéndole a la comunidad LGBTT (lesbiana, homosexual, bisexual, travesti, transexual)”.

“Sí, somos casados el uno con el otro después de 17 años juntos”, dijo a Catholic News Service el reverendo Rivera, “y le servimos a personas que se sienten rechazadas, discriminadas, juzgadas por cualquier tipo de discriminación en las llamadas iglesias tradicionales”.

Él añadió: “No somos una religión, somos una iglesia interdenominacional compuesta por católicos y protestantes de varias denominaciones”.

Este tipo de congregación está creciendo en Puerto Rico. El movimiento LGBTT local es apoyado principalmente por organizaciones como Puerto Rico Para Tod@s y la Fundación de Derechos Humanos de Puerto Rico.

Para Tod@s fue fundada hace 12 años por el graduado de escuelas católicas y activista homosexual conocido internacionalmente Pedro Julio Serrano. Fundación de Derechos Humanos fue comenzada por la abogada Ada Conde Vidal, quien en el 2014 retó en el tribunal federal la ley de Puerto Rico que prohibía el reconocimiento de los matrimonios homosexuales oficiados en otras jurisdicciones estadounidenses.

El primer matrimonio homosexual válido en Puerto Rico fue oficiado el 17 de julio en San Juan.

Después que el Tribunal Supremo de Estados Unidos decretara que las licencias matrimoniales no pueden denegársele a las parejas homosexuales, el gobernador de Puerto Rico dijo que el territorio estadounidense cumpliría dentro de un plazo de 15 días. Las parejas homosexuales comenzaron a solicitar licencias matrimoniales el 13 de julio.

“Con la caridad, el respeto y la firmeza que debe caracterizar a todo cristiano, seamos valientes testigos de la verdad sobre el matrimonio y la familia en nuestros hogares, comunidades, con nuestros hijos y dondequiera que nos encontremos”, dijo el arzobispo González cerrando su declaración. “Hoy, más que nunca, Puerto Rico lo necesita”.

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