Los viernes de abstinencia no deben de ser egoístas

Por Carol Glatz, Catholic News Service

CIUDAD DEL VATICANO (CNS) -– El verdadero ayuno no es solamente restringirse de selección de alimentos, sino que debe de incluir una limpieza del corazón de todo egoísmo y de darle cabida en nuestra vida a los necesitados y a los pecadores que necesitan sanarse, dijo el papa Francisco.

La fe sin actos concretos de caridad no solamente es una hipocresía, sino que “es fe muerta; y entonces, ¿de qué sirve?”, dijo, haciendo una crítica de las personas que se esconden detrás de un velo de piedad mientras tratan a otros injustamente; como por ejemplo, negándoles a los trabajadores salarios justos, pensión y cuidado de salud.

Cuando se es generoso con la iglesia pero egoísta e injusto con otros “se comete grave pecado: Eso significa utilizar a Dios para cubrir una injusticia”, dijo el 20 de febrero, durante su homilía matinal en la Misa que celebra en la capilla de Domus Sanctae Marthae, en donde vive.

La homilía del papa se inspiró en la lectura del día tomada del libro del profeta Isaías, en la que Dios le dice a su pueblo que no atiende a los que hacen penitencia pasivamente, se inclinan “como espigas”, tendidos en silencio “sobre un costal de yute regado con cenizas”.

En lugar de eso, Dios dice que desea ver a su pueblo clamando “a toda voz sin escatimar esfuerzo” en contra de la injusticia y del pecado, “liberando a los oprimidos, rompiendo todo yugo; compartiendo el pan con el hambriento, dándole abrigo al oprimido y al carente de hogar”.

En la lectura, Dios también señala la hipocresía de los fieles que ayunan pero que tratan a sus trabajadores mal y pelean y discuten con otros.

El papa Francisco dijo que la Cuaresma se trata de cumplir con todos los mandamientos tanto dirigidos a Dios como a nuestro prójimo, de acuerdo con informes de Radio Vaticana y el periódico del Vaticano.

La Cuaresma no se trata de una celebración formal de “hacer un poco de algo” y de no comer carne los viernes, mientras le damos rienda suelta “a un creciente egoísmo, explotamos a otros e ignoramos a los pobres”, dijo.

Habrá alguien que piense y diga: “Hoy es viernes, no puedo comer carne, pero me voy a agasajar con un buen plato de mariscos, un verdadero banquete” que, aunque parezca abstinencia de carne, es un pecado de glotonería, dijo el papa.

Otra persona puede decir: “Soy un buen católico, padre, me gusta mucho serlo. Siempre asisto a Misa cada domingo, y recibo la Comunión”. A lo cual, dijo el papa que respondería así: “Muy bien; ¿y cómo son las relaciones que mantiene usted con sus trabajadores? ¿Les paga encubiertamente? ¿Les paga justo salario? ¿Contribuye usted para su pensión? ¿Y para su seguro de salud y servicios sociales?”

Algunas personas contribuyen con dinero regularmente para la iglesia; pero, preguntó el papa, ¿qué tan generosos son para las personas que aman y sus dependientes? ¿Son generosos y solamente para ellos, también? volvió a preguntar el papa

Las personas no pueden “darle ofrendas a la iglesia a espaldas de la injusticia”, dijo. “No es buen cristiano quien no obra con justicia hacia las personas que de él o de ella dependen” y quien “no se priva de algo esencial para sí mismo para dárselo a otra persona necesitada”.

“Esta es la distinción entre lo formal y lo real”, dijo, lo cual Jesús subrayó también cuando condenó a los fariseos y doctores de la ley, quienes de dedicaban “a cumplimientos externos pero sin la verdad del corazón”.

Desafortunadamente, dijo, “muchos hombres y mujeres tienen fe pero separan las tablas de la ley”; esto es, obedecen los tres primeros mandamientos y obligaciones de la ley de Dios pero ignoran o seleccionan los otros siete que se supone están al servicio del prójimo.

“Los mandamientos forman una unidad: el amor a Dios y el amor hacia el prójimo son una sola cosa; y si uno quiere practicar penitencia real, no formal, uno tiene que hacerlo ante Dios y también ante su hermano y hermana, nuestro prójimo”, dijo.

El papa le pidió a la gente que durante la Cuaresma piense en lo que puede hacer por otras personas que se encuentran en situaciones muy difíciles; por ejemplo, ayudar “a los niños y ancianos que no cuentan con la posibilidad de ir a ver a un doctor”.

Quizá tienen que hacer “ocho horas de espera para que después les digan que su cita será una semana después”, dijo.

“¿Qué hará usted en favor de estas personas? ¿Cómo será la Cuaresma de usted?”

El papa también le pidió a la gente que hicieran lugar en su corazón respectivo para aquellos que han pecado, aquellos que “han cometido errores y están en la cárcel”.

Para las personas que protestarían rechazando la idea de relacionarse con gente que haya estado en prisión, el papa les dijo: “Esa persona está o estuvo en la cárcel, pero si usted no está en la cárcel es porque el Señor le ha ayudado a usted a no caer”.

Recen por ellos, dijo, para que el Señor les ayude a cambiar su vida.

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