Esperanza en El Señor — Persecución religiosa internacional hace un siglo y hoy en día

Archbishop Joseph E. Kurtz
Archbishop Joseph E. Kurtz

El jueves pasado llegue a la Catedral Nacional de Washington D.C. y estuve muy impresionado por la majestuosidad de esta catedral histórica de la Iglesia Episcopal. Desde la Avenida Wisconsin, el inmenso edificio majestuoso ha sido el escenario de muchos eventos nacionales desde el término de su obra en el año 1907, incluyendo una serie de funerales de Estado para presidentes de los Estados Unidos. Me han dicho que los servicios fúnebres de los presidentes Eisenhower, Reagan, and Ford tuvieron lugar aquí.

Llegué aproximadamente 90 minutos temprano para una ceremonia conmemorativa a las 7:00p.m. y me asombró encontrar a una multitud desplazándose hacia la Avenida Wisconsin. Una vez que comenzó la ceremonia, el interior inmenso de la Catedral estaba lleno de fieles, junto con muchos representantes oficiales de iglesias cristianas y comunidades eclesiales.

El motivo fue triste: una reunión de oración nocturna por los Santos Mártires del Genocidio de Armenia. Un orador lo llamaría “lamento”. Fieles de descendencia Armenia y muchas personas de buena voluntad asistieron a conmemorar las muertes trágicas de más de un millón y medio de fieles de Armenia del año 1915 hasta el año 1923. Millones más fueron desplazados. Fue una tragedia de la cual no escuché cuando crecía. Para las familias que se reunieron, fue una remembranza que no podría ser ignorada.

El papa Francisco ha hablado de esta gran tragedia como el genocidio de Armenia de 1915. Denunciando esta injusticia a la humanidad, el llamó a una remembranza de los mártires del genocidio de Armenia diciendo “…. Esconder o negar el mal es como dejar que una herida continúe sangrando sin curarla”.

Yo me encontraba representando a la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos, y había muchos representantes oficiales de las Iglesias ortodoxas, así como de otras denominaciones cristianas para esta reunión ecuménica. Uno de los principales oradores religiosos fue el Katolikós Karekin II, patriarca supremo y católico de todos los Armenios. Haciendo un llamado de recordar nuestra fe inquebrantable en la realidad de la resurrección de Cristo, la cual mantiene nuestra esperanza inmovible, él lamentó las grandes injusticias de los santos mártires del genocidio de Armenia de hace un siglo, así como también a los cientos de miles de griegos y cristianos siríacos que también fueron víctimas. También recordó otros crímenes contra la humanidad del siglo XX, tales como el Holocausto Judío, los genocidios en Camboya, Rwanda y otros lados, después habló del presente.

Él le recordó a la audiencia del “… terror, violación de derechos humanos, asesinato masivo, limpiezas étnicas. En el Medio Oriente, y especialmente en Siria e Iraq, tragedias inexpresables se están llevando a cabo. Los cristianos están siendo martirizados por su fe y los lugares santos están siendo destruidos”.

Muy a menudo leemos encabezados del cruel trato a los cristianos y otros, quienes han recibido la opción entre renunciar a su fe o irse, y peor aún, la muerte. Esta conmemoración trajo consigo la difícil situación de hace un siglo al frente por la oración, solidaridad y acción por aquellos siendo perseguidos hoy en día.

Además de la solidaridad y la oración, la conmemoración hizo un llamado a la acción en el área de la ley internacional de defender a aquellos que están siendo perseguidos por su fe. Recuerdo unas acciones recientes que han tenido lugar. En la reunión del Plenario de Noviembre de los Obispos de Baltimore, el obispo Gregory Mansour, Eparca de St. Maron de Brooklyn, guió una hora santa y habló sobre la difícil situación internacional de persecuciones religiosas. En respuesta a un llamado de una colecta para ayudar a los cristianos que huyen, el pasado mes de septiembre, más de $6,000,000 en ayuda fueron recaudados por la generosidad de los católicos a lo largo de la nación.

Además, hay un proyecto de ley en el Congreso en este momento – the Frank Wolf International Religious Freedom Act of 2015 – el cual es un paso importante en mejorar la habilidad de nuestra nación de avanzar la libertad religiosa global.

Vayan al sitio web de la Conferencia de Obispos Catolicos de los Estados Unidos para más información (https://www.usccb.org/news/2015/15-058.cfm). Hay pasos que se han dado pero aún hay mucho por hacer.
Que nuestra oración de cierre de la Conmemoración por los Santos Mártires del Genocidio de Armenia, nos guíen a todos:

“Cristo nuestro Señor, tú coronaste tus santos con triunfo, y tú haces la voluntad de todos cuantos te temen cuidando de tus criaturas con amor y amabilidad. Escúchanos desde tu santo y reino celestial por la intercesión de la Santa Madre de Dios y por las oraciones de todos tus santos, especialmente los santos mártires que dieron sus vidas durante el Genocidio de Armenia por la fe y la patria, que conmemoramos hoy. Escúchanos Señor, y muéstranos tu misericordia. Perdona, elimina y perdona nuestros pecados. Haznos dignos de glorificarte con el Padre y el Espíritu Santo. Ahora y siempre hasta el fin de los tiempos. Amén”.

Arzobispo Joseph E. Kurtz

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