Encíclica asienta que todas las creaturas tienen un solo creador

Por Cindy Wooden, Catholic News Service

ROMA (CNS) – La expresión “Laudato Si'” (Alabado sea), título que el papa Francisco escogió para su próxima encíclica sobre el medio ambiente, se ha tomado de un himno de alabanza compuesto por San Francisco de Asís en el que se enfatiza el estado de armonía con Dios, con otras creaturas y otros seres humanos, dijo el superior de la orden franciscana.

El sacerdote de origen estadounidense, Michael Perry, superior general de la orden de frailes menores, cuyas oficinas principales se encuentran en Roma, entonó el himno medieval en italiano “laudato si'” y recitó la traducción al inglés de lo que se conoce como “Cántico de las creaturas” atribuido a San Francisco de Asís, mientras se encontraba en el jardín de la orden, bajo inmensos árboles y rodeado de tiestos de flores y hierbas”.

En el himno se alaba a Dios y el reflejo de la gloria de Dios en “el hermano sol “, “la hermana luna”, “el hermano fuego”, “la hermana agua” y “nuestra hermana, la Madre Tierra, que nos sostiene y gobierna, produciendo varios frutos con flores coloridas y hierbas”.

El cántico estaría incompleto si no se considerara la alabanza entonada por San Francisco de Asís a favor de los seres humanos “que saben perdonar”, soportan las enfermedades y viven en paz, le dijo al Catholic News Service el padre Perry, el 12 de junio. Esencial también en el cántico es la aceptación de San Francisco de Asís de “la hermana muerte corporal “, que es el portal para entrar a la vida eterna.

El superior general de los franciscanos afirmó que San Francisco de Asís llegó a reconocer que “Dios estaba presente en todas partes y en todas las cosas”, diciendo esto el sacerdote mientras volaban aeroplanos en el cielo, cantaban los pájaros, aleteaban las mariposas en el jardín y se dejaban escuchar de vez en vez las sirenas de las ambulancias”.

Una vez que la persona reconoce “la dignidad divina” de todos los seres creados, dijo el padre Perry, reconoce la responsabilidad de “darle gloria a Dios, respetando el sentido de “estar en esto juntos” cuidando de ello y promoviéndolo, reconociendo que la vida es una y que cada uno de nosotros brinda una contribución especial”.

La conexión que existe entre todas las creaturas debería ayudarles a las personas a que reconocieran que cuando acumulan riquezas y recursos dañan a sus propios hermanos y hermanas, especialmente a los pobres, explicó.

El cántico de San Francisco de Asís “no es solamente un cántico florido acerca de la manera como debemos vivir en relación con la naturaleza; sino que nos convoca a que revisemos la forma completa como vivimos nuestra vida respectivamente” de acuerdo con los valores del Evangelio, dijo. “Si alguien padece hambre en alguna parte del mundo, nosotros somos responsables”.

El cántico es un llamado para que la gente reconozca que todos somos hijos o hijas de Dios y hermanos o hermanas unos de otros, dijo, “como parte de una misma familia que abraza a toda la creación: los árboles, el sol, los ríos, el viento, el fuego; todo esto, pues todo ello le da gloria a Dios”.

Y no importa que la alabanza entonada por San Francisco de Asís, dirigida al hermano sol y a la hermana luna, se hayan romantizado de muchas maneras, dijo el padre Perry, pues las obligaciones que se encierran en ella son realistas y concretas; como, por ejemplo: la defensa de la dignidad humana, especialmente la dignidad de los pobres; la promoción del diálogo y la reconciliación para que se terminen las guerras; la salvación de la tierra y de todas las creaturas vivientes y el aprendizaje de una forma de vivir con solamente lo que uno necesite y no todo lo que uno quiera.

En su alocución, previa a la fecha de distribución de la encíclica, fijada para el 18 de junio, el padre Perry dijo que mediante el título de la encíclica el papa Francisco demuestra su creencia de que toda la iglesia y todos sus miembros deben vivir en solidaridad con los pobres, “deben trabajar a favor de la paz” y deben respetar el planeta tierra.

Y dijo que mediante la alabanza de la armonía de la naturaleza con Dios el cántico de San Francisco de Asís ayuda para que la gente entienda el tipo de relación que deben de tener para poder vivir en paz y darle gloria a Dios.

Las historias de San Francisco de Asís, como la conocida historia en la que domeña al terrible lobo de Gubbio, azote del poblado, podrían ser en realidad historias sobre “cómo la población se aterrorizaba ella misma” con reyertas familiares, riñas con los vecinos y luchas entre los poblados para ganar control de territorio y riqueza, dijo el padre franciscano.

De la misma manera que con la gente del siglo XIII de Gubbio, así hoy en día con los cambios climáticos, sequías y tormentas más violentas, dijo el padre Perry, “la naturaleza clama, la naturaleza nos persigue y nos dice que tenemos que despertar.

Nos causa disturbios, pero no para amenazar nuestra vida sino para decirnos que somos nosotros mismos nuestra propia amenaza, amenaza para el mundo. La naturaleza nos grita: ‘Apártense del precipicio antes de que sea demasiado tarde'”.

En los trabajos escritos respectivamente por San Juan Pablo II, el papa jubilado Benedicto XVI y el actual papa Francisco, dijo, la Iglesia Católica presenta una visión de “ecología humana, ecología social y ecología natural”.

El enfoque exclusivo sobre alguna de ellas, dijo el padre Perry, “nos podría llevar a mal interpretar la voluntad de Dios”.

Y a pesar que en la tradición judeocristiana se dice que Dios escogió tener una especial relación con los seres humanos, eso no quiere decir que los seres humanos tengan el derecho de explotar a otras creaturas o el medio ambiente y abusar de ello, dijo.

“Lo que sucede cuando se explota la naturaleza sin limitación alguna es que no solamente se le priva de su dignidad, que Dios le dio, no podemos negarlo, sino que en forma progresiva nos privamos nosotros de nuestra propia dignidad” olvidándonos que hemos sido llamados a cuidar de la creación, dijo.

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