Algunos obispos de México se enteran de planes que tiene el presidente Peña Nieto para restablecer la confianza pública

Por David Agren, Catholic News Service

MEXICO CITY (CNS) -– Miembros del Episcopado Mexicano compartieron la mesa con el presidente Enrique Peña Nieto en una reunión cuya finalidad fue la de enterar a los prelados de los planes que tiene la administración presidencial para que se restablezca la confianza pública y para promover la prosperidad en un país en donde cerca de la mitad de la población es pobre.

El obispo auxiliar Eugenio Lira Rugarcía de Puebla, secretario general de la Conferencia Episcopal Mexicana, describió la plática con el presidente de México y con el ministro del Interior, Miguel Ángel Osorio Chong, sostenida el 10 de marzo, como “abierta” y “franca”, considerando que los prelados pudieron expresar su punto de vista sobre asuntos que les preocupan a los fieles y a los ciudadanos en general.

“Sostuvimos diálogo abierto con el presidente sobre temas que percibimos le preocupan a la sociedad, como la inseguridad, la violencia y la pobreza”, le dijo el obispo Lira al Catholic News Service.

“Creo que pueden entender bien que cuando expresamos los sentimientos del pueblo no tratamos de ninguna manera de insultar los esfuerzos que ellos hacen o de ser críticos de manera absurda”, dijo. “Tratamos de expresar los sentimientos (que los sacerdotes escuchan) y a los que las autoridades deben prestar atención”.

La reunión, a la que asistieron los tres cardenales del país y el arzobispo Christophe Pierre, nuncio apostólico del Vaticano, se llevó a cabo en un momento del desarrollo de la administración de Peña Nieto en el que ha sido blanco de críticas por intereses en conflicto, sufriendo todavía el peso de su respuesta tardía a los secuestros y presuntos asesinatos de 43 estudiantes, el mes de septiembre del año pasado.

Los obispos de México han hecho declaraciones críticas, no hechas con frecuencia, sobre temas de seguridad, a partir de la elección del papa Francisco y han puesto en entredicho la agenda de reforma de Peña Nieto, práctica poco frecuente en un país con una historia de relaciones tensas entre iglesia y estado, lo que hizo todavía más urgente para el presidente tal reunión.

“(La reunión) es parte de una estrategia mediante la cual el gobierno de Enrique Peña Nieto salió victorioso para ganarse el favor y la simpatía de la iglesia”, dijo Bernardo Barranco, exfuncionario electoral y observador de largo tiempo de la iglesia. “Hay un distanciamiento que la iglesia ha empezado a dejar ver debido al papa”.

En las encuestas, la tasa de aprobación en favor de Peña Nieto anda debajo del 50 porcentaje, la más baja que se haya visto en 20 años para un presidente mexicano.

En una encuesta llevada a cabo por el periódico Reforma se encontró que la iglesia en México era la institución a la que más se le confiaba, superior a la confianza que se le tuviera al ejército que antes llevaba la delantera.

El ejército bajó mucho en la opinión pública, junto con el gobierno federal, la comisión de derechos humanos, la policía y los medios de difusión después de la desaparición de los estudiantes normalistas.

En entrevista con el Financial Times, a principios de marzo, Peña Nieto dijo que comprendía el descontento del país y aceptaba enfrentarse a “incredulidad y desconfianza”.

En declaración oficial de la presidencia, después de la reunión, llevada a cabo en la Casa de los Pinos, residencia presidencial, se dijo que el presidente Peña Nieto había convocado a los obispos para “sembrar un espíritu de optimismo en las familias mexicanas”, añadiendo que el gobierno “no se dará por vencido” ante la inseguridad.

En la declaración se identificaban varios puntos de importancia en la cartera del presidente, entre los que se incluía el acatamiento a las leyes, la lucha contra la corrupción, la promoción de la estabilidad macroeconómica y la atención a desigualdades regionales.

En la misma declaración también se decía que “en forma comparativa con economías emergentes de otros países, México se encontraba en un óptimo escenario”.

“Es como una medicina que no rinde resultados en las próximas horas”, pero que logra el mejoramiento a largo plazo, dijo el obispo Lira de la forma en la que el presidente presentó las actividades de reforma. “Están interesados en ver que haya mejoramiento en las condiciones de vida de la población”.

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